La asfixia por inmersión, también llamada ahogamiento, es una de las principales causas de accidentes durante la temporada de verano. Una problemática que puede afectar a personas de diferentes edades y en distintos lugares.
El doctor David González, gerente de modelamiento preventivo IST (Instituto de Seguridad del Trabajo), explicó que esta emergencia “se produce cuando el agua ingresa a los pulmones y desplaza el espacio donde habitual se produce el intercambio de oxígeno con la sangre, provocando que el cuerpo no pueda realizar sus funciones habituales”.
Generalmente, estos accidentes suceden durante el verano, cuando personas adoptan acciones de riesgo en zonas de nado como piscinas, playas, ríos o lagos. En medio de estas emergencias, se debe dar alerta a los servicios de emergencia y asistir a la persona en el menor tiempo posible.
Esta es una problemática que puede afectar a personas de diferentes edades, pero especialmente a niños. De acuerdo con cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el ahogamiento “es la cuarta causa de muerte más frecuente entre los niños de 1 a 4 años y la tercera entre los niños de 5 a 14 años”.
Dada esta razón, y para poder disfrutar plenamente de este verano, se deben tomar medidas que permitan actuar a tiempo para así evitar consecuencias graves.
“Si la persona está inconsciente o no está respirando, se recomienda llamar a emergencias. Asimismo, es importante que mientras alguien toma contacto con urgencias, se deben iniciar las maniobras de RCP”, afirmó el profesional.
¿Qué es una maniobra de RCP?
De acuerdo con MedlinePlus, la enciclopedia médica digital de la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, la reanimación cardiopulmonar (RCP) se conoce en todo el mundo y es un procedimiento usado para salvar la vida de una persona.
«Se realiza cuando alguien ha dejado de respirar o el corazón ha cesado de palpitar. Esto puede suceder después de una emergencia médica como una descarga eléctrica, un ataque cardíaco o ahogamiento», afirma el portal.
Por su parte, la prestigiosa Clínica Mayo detalla que esta maniobra “puede mantener la circulación de la sangre oxigenada hacia el cerebro y otros órganos hasta que un tratamiento médico de emergencia pueda restablecer el ritmo cardíaco”.
“Cuando el corazón se detiene, el cuerpo deja de recibir sangre oxigenada. La falta de sangre oxigenada puede causar daño cerebral en solo unos minutos”, consignó la entidad médica.
La aplicación de esta maniobra depende de la edad y morfología de la persona afectada. En niños pequeños (bajo los 12 años), habitualmente se hace con una mano que se posiciona en la mitad del pecho. En caso de adolescentes mayores de 12 años y los adultos, ya se utilizan las dos manos para realizar la compresión.
¿Cómo aplicar reanimación cardiopulmonar en niños y adultos?
Para realizar RCP, es fundamental seguir una técnica adecuada. En este sentido, la persona que aplica esta maniobra debe colocarse de rodillas al lado de la víctima, apoyando el peso de su cuerpo sobre estas.
“En el caso de niños, se debe ubicar una mano, o ambas, en la mitad del pecho, dependiendo de su tamaño. La compresión debe ser firme, logrando que el tórax descienda unos cinco centímetros. En niños más pequeños, la referencia puede ser alrededor de un tercio de la altura del tórax”, explicó el Dr. González.
“Este nivel de profundidad es crucial, ya que compresiones superficiales no logran su objetivo: comprimir el corazón, facilitar la ventilación, movilizar la sangre y permitir que los pulmones eliminen líquidos”, agregó el experto.
Para adolescentes de 12 años o más, la técnica es similar a la de un adulto. Vale recordar que siempre se debe mantener un ritmo constante y verificar que cada compresión sea efectiva para maximizar las posibilidades de éxito en la reanimación.
Recomendaciones claves al aplicar RCP
Durante una emergencia de reanimación cardiopulmonar (RCP) en niños y adultos, es importante evitar prácticas incorrectas como girarlos o golpearlos pensando que están obstruidos. En casos de ahogamiento, el masaje cardíaco es suficiente para liberar los pulmones de agua.
“La técnica básica consiste en realizar 30 compresiones torácicas seguidas de dos insuflaciones (respiración boca a boca). Las compresiones son fundamentales, ya que movilizan la sangre y facilitan la ventilación pulmonar. Las respiraciones complementan este proceso, pero no deben priorizarse sobre las compresiones”, destacó el médico del IST.
Para realizar las insuflaciones, se tiene que inclinar suavemente la cabeza de la persona hacia atrás, tapar la nariz, abrir la boca y soplar aire lentamente. En el caso de niños muy pequeño (por ejemplo, de 2 o 3 años), la boca del adulto puede cubrir tanto la nariz como la boca del niño, asegurando un correcto sello
“Hay que observar atentamente después de las respiraciones, si hay respuesta; si no, continúe con las 30 compresiones y dos insuflaciones. Este ciclo debe repetirse hasta que el niño o adulto se recupere o llegue ayuda profesional”, comentó el especialista.