¿Te ha ocurrido que un día estás haciendo una tarea rutinaria y, de pronto, comienza a tiritarte un párpado? Dicha situación le sucede a bastantes personas y puede resultar confuso, pero no hay que sobresaltarse: es normal.
A estos pequeños temblores en el párpado se les llama blefaroespasmo, mioquimias o aleteo palpebral, y en la mayoría de los casos se trata de una condición que no es riesgosa para la salud, explica la enciclopedia médica MedlinePlus.
Además de espasmos repetitivos que no se pueden controlar, otros síntomas que se pueden presentar son sensibilidad a la luz y visión borrosa.
De hecho, la sensibilidad a la luz también puede ser una de las causas de los temblores.
Asimismo, pueden ser una consecuencia de la fatiga, el cansancio y el consumo excesivo de cafeína y/o alcohol.
Al respecto, Julio Ortega Usobiaga, oftalmólogo de la clínica española Baviera, explica al periódico El País que “son contracciones espontáneas involuntarias del músculo orbicular del párpado. Es más frecuente que se produzcan en la zona inferior del ojo y que normalmente sólo afecten a uno de ellos».
Por su parte, Guillermo García Ribas, médico del Hospital Universitario Ramón y Cajal de España, acota al diario hispano que “se producen por una mayor fatiga muscular. El músculo ocular es muy activo y por ello muy sensible al agotamiento (…) Parpadeamos una media de 10 veces por minuto y es muy difícil evitarlo. Si estamos cansados, con falta de sueño, lo que incrementa el tiempo que estamos con los ojos abiertos, o sufrimos estrés, una de las manifestaciones que puede observarse son las mioquimias palpebrales intermitentes”.
La buena noticia es que no requieren de tratamiento y suelen desaparecer en una semana. Aun así, algunas medidas que pueden ayudarte a superar la condición son dormir más, tomar menos cafeína y lubricar los ojos con gotas oftálmicas, aconseja MedlinePlus.
Si ha pasado más de una semana y el síntoma se intensifica en lugar de desaparecer, te recomendamos acudir a un oftalmólogo.