El Papanicolaou (PAP) es un test que busca determinar cambios en las células del cuello uterino –también conocido como cérvix- para detectar cáncer y pre cáncer. Si estas condiciones son descubiertas a tiempo, las probabilidades de cura son mucho más favorables, por esta razón es importante seguir las recomendaciones del ginecólogo sobre la frecuencia con la cual realizarse este examen.
El responsable de estos cambios en el cérvix es el virus del papiloma humano (VPH) y existen más de 100 tipos diferentes, de los cuales 40 son transmitidos sexualmente.
Para detectar alguna anormalidad y prevenir el cáncer, lo recomendable es realizarse este examen de manera regular a partir de los 21 años. Es importante considerar que toda mujer sexualmente activa tiene el riesgo de contraer el VPH, incluso si se está en una relación monógama, debido a que el virus puede estar dormido por años y activarse de pronto.
Por otro lado, Ricki Pollycove, ginecóloga y experta en bienestar de la mujer, en un artículo para el medio San Francisco Gate indicó que lamentablemente los preservativos no son un método 100% efectivo para proteger contra el virus, ya que éste puede estar presente en áreas que no quedan cubiertas y producirse el contagio.
Si el resultado del test es anormal
En el caso de que el resultado del examen sea anormal, no significa que la persona sufra de cáncer. Lo único que indica es que existe presencia de células anormales en el cuello uterino, algunas de las cuales podrían ser pre cancerosas.
El sitio HealthLine explica que dependiendo de lo que muestran los resultados del test, el ginecólogo podría recomendar incrementar la frecuencia del PAP o bien revisar el tejido cervical mediante un procedimiento llamado colposcopía (el médico puede ver con detalle regiones anormales del cuello uterino utilizando un lente especial) y en algunos casos, podría realizar una biopsia al tejido cervical.
El sitio WebMed indica que cuando hay presencia de cáncer el síntoma más común es un sangrado anormal que puede presentarse entre períodos menstruales, así como también flujos anómalos. Aunque éstos no sean indicadores seguros de que existe esta enfermedad, lo recomendable es mencionarle al doctor estas irregularidades.
Es importante considerar que el PAP ayuda a prevenir el cáncer cervical e iniciar un tratamiento de manera más rápida y oportuna, disminuyendo sus tasas de mortalidad. Por esta razón, realizarlo periódicamente es una buena forma de proteger la salud y cuidar la vida.