Glaucoma: la silenciosa enfermedad que es la tercera causa de ceguera en el mundo

El glaucoma es una enfermedad que puede afectar a la visión y que actualmente es la tercera causa de ceguera en el mundo, de acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Específicamente, 8% de las personas que pierden la vista a nivel global es debido a glaucoma, mientras que 35% es por cataratas no operadas y 21% por errores de refracción no corregidos, señalan las cifras de la entidad.

Lo más peligroso respecto al glaucoma es que no tiene cura, aunque puede ser controlado con tratamiento médico si se detecta a tiempo. Además, puede no presentar síntomas hasta que llega a una etapa avanzada, según Medline Plus de la Biblioteca de Medicina de Estados Unidos, por lo que es importante estar atento a eventuales signos.

El glaucoma ocurre cuando la presión del líquido que se encuentra dentro de los ojos aumenta lentamente, dañando el nervio óptico.

Hay cuatro tipos de glaucoma: ángulo abierto, ángulo cerrado (o cierre angular), secundario y congénito. Todos estos presentan distintos síntomas, así que a continuación te los describimos de forma separada:

Ángulo abierto
Este es el tipo más común de glaucoma, indica Medline Plus. Si alguien tiene esta patología, comienza a perder la visión periférica (de los lados), por lo que siente como si se estuviera mirando a través de un túnel.

La visión al centro del túnel va disminuyendo de a poco, a medida que avanza la enfermedad.

Se desconoce qué produce esta condición y puede ser hereditaria.

Ángulo cerrado
Este tipo sucede de un momento para otro: súbitamente, el líquido al interior del ojo se bloquea y no puede salir, aumentando la presión de forma intensa dentro del órgano.

Los síntomas pueden desaparecer al principio o empeorar constantemente, y éstos incluyen dolor súbito e intenso en un ojo, visión nublada, observar halos similares a un arcoíris alrededor de las luces, enrojecimiento del ojo, náuseas y vómitos.

Secundario
Puede ser un glaucoma de ángulo abierto o cerrado, el cual se convierte en secundario cuando ha sido ocasionado por una causa específica que es conocida por el paciente.

Entre las causas están fármacos como los corticosteroides, enfermedades oculares como la uveítis (una infección de la capa media del ojo), diabetes o una lesión ocular.

Congénito
Consiste en que el ojo no se desarrolla con normalidad. Es hereditario y la mayor parte del tiempo se detecta durante los primeros meses de vida.

Algunos de sus síntomas son opacidad en la parte frontal del ojo, agrandamiento de uno o ambos ojos, enrojecimiento, sensibilidad a la luz y/o lagrimeo.

Para saber si uno tiene glaucoma, un oftalmólogo debe hacer un examen que mida la presión del ojo, el cual se llama tonometría. Así que, si crees que podrías estar pasando por algo como esto, te recomendamos consultar a un médico.


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