Los lentes de contacto sin son una herramienta que miles de personas utilizan día a día para poder mejorar su visión y, con ello, su calidad de vida. Pero si bien estas herramientas son muy útiles, también podrían representar un riesgo para los ojos si no se les cuida de manera adecuada.
El uso prolongado de los lentes, el intercambio reducido de lágrimas bajo el lente, factores ambientales y falta de higiene son algunos de los factores que podrían colaborar a que se generen infecciones en el globo ocular, trayendo complicaciones a los usuarios, explica la Academia Americana de Oftalmología.
Los riesgos se incrementan cuando se trata de lentes de uso prolongado, con los cuales -a diferencia de los blandos de uso diario- se multiplica por cinco la posibilidad de tener un problema ocular, incluso si se les trata con mucho cuidado.
Así lo afirma el Instituto de Microcirugía Ocular de España, el que añade que algunos de los principales problemas que se presentan en los ojos a causa del mal uso o mantenimiento de los lentes de contacto son conjuntivitis papilar gigante (proceso inflamatorio no infeccioso), sequedad ocular, hipoxia (falta de oxígeno que provoca la muerte de las células corneales) e infecciones por acanthamoeba (generalmente por un mal uso, como bañarse en la playa), que puede acabar perforando la córnea y requiriendo un trasplante.
Por estas razones es que es recomendable que quienes utilicen este tipo de lentes, les den un buen cuidado.
En ese sentido, a continuación te enumeramos una serie de consejos que pueden ayudarte a darle un mantenimiento adecuado a tus lentes de contacto y evitar eventuales riesgos:
1- Utiliza siempre lentes de contacto durante el tiempo que han sido prescritos por profesionales de la visión, pues prolongar su uso puede ser perjudicial, indica CooperVision, una empresa dedicada a estos productos.
2- No los pongas en agua ni los mojes con saliva. Para mantenerlos desinfectados, es aconsejable usar solución de limpieza especializada para lentes de contacto, la cual reducirá el riesgo de gérmenes.
3- Intenta limpiar todos los días el estuche donde mantienes los lentes de contacto durante la noche. Para esto se recomienda usar una solución especial en lugar de agua. Si se va a utilizar esto último, trata de secar el contenedor lo más posible y que no queden pelusas en el interior.
4- Frotar los lentes tras aplicarles solución de limpieza puede ayudar a mantenerlos desinfectados. Eso sí, se recomienda hacerlo suavemente, pues si se realiza con mucha fuerza, se podrían rasgar.
5- Antes de colocar o retirar los lentes de contacto, procura lavar tus manos con jabón (preferentemente antibacteriano y sin perfume). Luego, sécalas bien, sin que quede rastro de agua ni pelusas de la toalla.
6- Para evitar confundir los lentes, puedes empezar siempre colocándolos o retirándolos por el mismo ojo, creando un hábito.
7- Procura retirarlos si vas a bañarte en una piscina, en el mar o si existe el riesgo de que entren en contacto con agua.
8- Las soluciones salinas o gotas humectantes no son un método desinfectante eficaz para los lentes, así que la Academia Americana de Oftalmología aconseja no utilizarlas como método de limpieza.
9- La organización también recomienda reemplazar el estuche para guardar los lentes de contato cada 3 meses, pues si se sigue usando el mismo por más tiempo, se puede incrementar el riesgo de infecciones.