Cada vez es más frecuente escuchar el concepto “ola de calor”, un término usado por expertos para informar sobre un periodo constante de temperaturas extremadamente altas en una zona determinada.
Los efectos de este fenómeno pueden causar bastante daño, no solo en el ambiente –como sucede todos los años con la aparición de incendios forestales- sino que también en el cuerpo y salud de las personas.
De acuerdo con el Servicio Nacional de Prevención y Respuesta ante Desastres (Senapred), el calor “es aquello que siente un ser vivo ante una temperatura elevada y que puede afectar su normal funcionamiento. Su manifestación excesiva o exagerada se entiende como calor intenso o extremo”.
Vale señalar que, durante este verano, se han registrado temperaturas extremas por sobre los 40°C en varias regiones del país, siendo la zona central la más afectada por este fenómeno.
Recomendaciones para enfrentar las altas temperaturas
Bajo este contexto, el médico David González, gerente de Modelamiento Preventivo de Cuidado y Desarrollo del IST (Instituto de Seguridad del Trabajo ), explicó que “una ola de calor implica temperaturas fuera de lo habitual. Por lo tanto, nuestro cuerpo también debe adoptar medidas adicionales para sobrellevar estas condiciones”.
La recomendación básica ante esta situación es evitar la exposición tanto al sol como a espacios con temperaturas demasiado elevadas. También, no exponerse directamente al sol en los horarios en que más fuerte se siente.
“Hay que evitar la exposición solar entre las 11:00 y las 18:00 horas, ya que la radiación solar también aumenta la temperatura localmente al impactar directamente sobre la piel”, detalló el especialista.
Respecto al cuidado personal, se aconseja vestir siempre ropa liviana y fresca, así como usar protector solar de forma regular, lentes de sol y sombrero en caso de estar en espacios con luz solar directa.
Otro aspecto clave está relacionado con el consumo de líquidos, ya que “en días normales se recomienda beber entre 1 y 2 litros de agua al día, pero durante una ola de calor es necesario aumentar la ingesta entre 2 y 3 litros, es decir, al menos un litro adicional”, comentó González.
¿A quiénes afecta más una ola de calor?
El exceso de calor puede ser perjudicial para todas las personas, sin embargo, hay grupos determinados que pueden sufrir aún más bajo estas condiciones.
Según informó Unicef, organismo de Naciones Unidas, que proteger los derechos de la niñez, los lactantes, los niños pequeños, las embarazadas y las personas de avanzada edad son sumamente vulnerables al estrés térmico.
En este sentido, las olas de calor y altas temperaturas pueden afectar principalmente a niños pequeños, en especial a los recién nacidos. “Esto se debe a que tienen dificultades para regular la temperatura de su cuerpo”, afirma el doctor del IST.
“Es fundamental prestar atención a qué tan abrigados están, evitar completamente su exposición al sol y asegurarse de que el ambiente donde estén sea adecuado para ellos”, detalló.
Sobre este punto, el médico sugiere vestir a los bebés solo con una capa de ropa en verano y no cubrirlos en exceso con pañitos u otras telas, ya que “pueden generar un efecto invernadero, impiden una adecuada ventilación y evitan que reciban aire fresco”.
Por otra parte, los adultos mayores, especialmente aquellos sobre los 80 años, también son otro grupo de la población que puede presentar dificultades para regular su temperatura corporal.
“En muchos casos, ellos no perciben que están expuestos a un calor extremo hasta que comienzan a experimentar síntomas como mareos o dolores de cabeza. Además, con la edad, se puede perder la sensación de sed, lo que dificulta aún más una correcta hidratación”, señaló González.
También deben tener precaución los pacientes con enfermedades renales y cardiovasculares (como la hipertensión arterial). El médico del IST afirmó que estas patologías “reducen la capacidad del cuerpo para tolerar altas temperaturas”.
Por último, las embarazadas son otro grupo considerado vulnerable debido a los cambios en su cuerpo producto de la gestación. “Generalmente, ellas tienen más dificultades para regular su temperatura, lo que puede generar una sensación de calor más intensa”, dijo el profesional.
Atención a los síntomas del calor extremo
Las temperaturas del verano pueden causar una serie de problemas a la salud en quienes están expuestos a condiciones de alto riesgo, ya sea quemaduras graves en la piel producto del sol, hasta deshidratación severa, golpes de calor y agotamiento físico.
En esta línea, el médico del IST sostiene que acciones preventivas como beber agua son clave para evitar efectos negativos. “Lo más importante es no esperar a sentir sed para hidratarse, ya que cuando la sed aparece, significa que el cuerpo ya está deshidratado”, indicó.
Otro aspecto importante es reconocer tempranamente los signos de sobreexposición al calor. Algunos síntomas a los que se debe prestar atención son: dolor de cabeza, náuseas, sensación de agotamiento o fatiga.
El doctor David González recomienda acudir a un centro médico más cercano ante cualquier problema de salud producto de las altas temperaturas. “Si se presentan estos síntomas, es fundamental actuar de inmediato”, afirmó.