Si eres de los que se pone de inmediato una prenda nueva que viene directo de la tienda pensando que está limpia, es posible que te lleves una sorpresa, puesto que esta idea no es tan correcta. Aunque la ropa no haya sido usada antes es manipulada por varias manos en las fábricas y negocios, y también se la han probado otras personas antes que tú.
Donald Belsito, profesor de dermatología de la Universidad de Columbia, Estados Unidos, explicó al medio The Wall Street Journal que las prendas pueden ser un caldo de cultivo de bacterias y hongos, así como infecciones que podrían contagiarse a través del vestuario.
Por su parte, el doctor Philip Tierno, director de microbiología e inmunología de la Universidad de Nueva York, junto al programa televisivo Good Morning America analizaron 14 prendas nuevas encontrando presencia de gérmenes, flora de piel, secreciones respiratorias e incluso traza de heces. Además el experto indicó que estos organismos pueden sobrevivir semanas e incluso meses en la ropa.
“La mayoría de las personas no son conscientes de esto porque ven la ropa nueva y perfectamente colocada en el estante. Sin embargo, mucha gente se la prueba. Así entra en contacto con ciertas partes de su cuerpo que pueden tener agentes patógenos que después se transmitirán”, explicó el científico al sitio de tendencias Refinery29.
Debido a estas razones, Tierno recomienda lavar las prendas de vestir nuevas antes de usarlas, especialmente las que tendrán contacto directo con la piel. Además sugiere dejarse una capa delgada de ropa debajo al momento de probarse una prenda nueva y lavarse las manos después de comprar.
Otra consideración a tener en cuenta es que contienen residuos químicos, tintes, pesticidas y funguicidas utilizados en el proceso de fabricación y que pueden provocar alergia, irritación, dermatitis y otras enfermedades a la piel.