Durante las vacaciones de verano, uno de los panoramas favoritos de los niños es bañarse en piscinas, ya sea públicas o aquellas que se pueden instalar en el patio de la casa.
Para que puedan divertirse sin riesgos ni accidentes, aquí te entregamos algunas recomendaciones.
1- Intenta preferir los chalecos salvavidas
El doctor Carlos Rivera, de la clínica Universidad de los Andes, recomienda preferir los chalecos salvavidas, pues expresa que las alitas u otro tipo de flotadores plásticos no son del todo seguros.
2- Puedes vaciar las piscinas cuando no estén en uso
Si tienes una piscina en tu casa, incluso si es una pequeña inflable, puede ser mejor que la vacíes cuando no esté usándose, porque según el médico, un niño podría ahogarse incluso con unos pocos centímetros de agua.
3- No te confíes aunque el niño sepa nadar
El profesional acota que hay algunos niños y niñas que saben nadar, y eso puede dar una falsa sensación de seguridad a los padres, quienes pueden creer que el pequeño o pequeña está fuera de peligro.
No obstante, y aunque es bueno que sepan nadar, Rivera recomienda tomar las medidas preventivas usuales, como vigilarlos constantemente y ponerles un chaleco salvavidas.
4- Trata de que reposen después de comer y antes de bañarse
Este consejo aplica tanto para adultos como para niños, y es que si nos metemos a una piscina (o al mar u otras fuentes de agua) inmediatamente después de comer, podríamos sentir malestares físicos, advierte la agencia EFE.
También podríamos sufrir efectos adversos si nos bañamos justo después de tomar mucho sol.
5- Los ‘piqueros’ pueden ser peligrosos
Tirarse de ‘piquero’ o en clavado al agua puede ser peligroso en todas las circunstancias y el riesgo aumenta si es de cabeza y si no estamos seguros de cuán hondo es el lugar. Por lo mismo, puede ser aconsejable que los niños (y también los adultos) no lo intenten.