Este verano las altas temperaturas han estado presentes en varias regiones del país, lo que puede traer molestias a las personas que no toman cuidados preventivos o que tienen que exponerse al sol por largos periodos de tiempo.
Esto también afecta a los trabajadores que salen a terreno o que tienen que cumplir sus labores en lugares que no cuentan con la infraestructura apropiada para protegerse del calor.
Durante este verano lo mejor es implementar medidas preventivas y establecer procedimientos para que todos sepan cómo actuar en distintas circunstancias, en coordinación con los lineamientos del Servicio Nacional de Prevención y Respuesta ante Desastres (Senapred).
Así lo indica el Dr. Guillermo Farmer, médico especialista en Ergonomía y gerente de Salud Ocupacional de IST (Instituto de Seguridad del Trabajo), quien apunta a que en estas situaciones se puede dar el estrés térmico, concepto que hace referencia a cuando tenemos que hacer actividades que requieren esfuerzo mientras estamos sometidos a temperaturas por sobre el promedio.
“El ser humano tiene un componente tanto sólido como líquido en su cuerpo, por lo que puede sufrir descompensaciones que están relacionadas con la imposibilidad de disipar bien el calor, y para ello es importantísimo la hidratación”, explica el especialista.
De este modo, cuando aumenta la temperatura ambiental, el cuerpo puede activar cuatro mecanismos para evitar el golpe de calor:
- Radiación: irradiamos calor para perderlo.
- Convección: transmitimos el calor a un fluido que pasa por la superficie del cuerpo, como aire o agua.
- Conducción: entramos en contacto directo con una superficie más fría y transmitimos el calor a ese otro elemento. Por ejemplo, acercar el cuerpo a una pared que está fría.
- Evaporación: cuando tenemos calor, recurrimos al mecanismo de la transpiración y eso nos permite disipar el calor a través de la evaporación del agua que está en nuestra superficie.
Medidas para prevenir emergencias por golpes de calor
El Dr. Guillermo Farmer recomienda varias medidas que, pese a su aparente simpleza, pueden ser muy útiles a la hora de prevenir emergencias por las olas de calor en el lugar de trabajo.
La planificación del horario y la distribución del equipo puede contribuir a que el espacio sea más seguro.
“Una indicación importante es que no se debe trabajar en aislamiento en solitario, sino que implementar un sistema de verificación entre compañeros y compañeras de trabajo. Que la persona esté acompañada. Y que las tareas que impliquen una mayor demanda física puedan planificarse en horarios menos calurosos, o sea, a primera hora de la mañana y hasta las 10:00 hrs., o bien después de las 17:00 hrs. de la tarde, cuando ya la temperatura ambiental empieza a declinar”, aconseja.
Asimismo, el especialista de IST pide tomarse “pausas de descanso al menos cada 45 minutos de trabajo continuo. Esta debe ser, en lo posible, a la sombra y que permita la disponibilidad de líquidos para hidratarse. Ahora, si no es factible evitar el trabajo de alta exigencia física, se pueden modificar los ciclos de trabajo y de descanso, para incrementar la duración de estos últimos”.
En ese sentido, vuelve a recalcar que es vital mantenernos hidratados cuando estamos trabajando, ya que transpiramos más con el calor: “Disponer siempre un plan de hidratación, es decir, abastecer al menos tres litros de agua fresca por persona diariamente. La temperatura de esa agua debe ser entre 10°C y 16°C, y en una cantidad suficiente que permita un consumo cada 15 ó 20 minutos”.
Sobre esto mismo, añade que “no debemos esperar a que se manifieste el mecanismo de la sed para hidratarnos, sino que debemos adoptar un hábito, una costumbre de hidratarnos cada 15 ó 20 minutos, ingiriendo agua a pequeños sorbos.”
Y así como la hidratación es importante, también puede afectar la comida que consumimos durante la jornada laboral, por lo que conviene ser cuidadosos con los almuerzos en los días de excesivo calor.
“Consumir preferentemente frutas y verduras, y evitar la ingestión de comidas pesadas, como pueden ser las carnes, sobre todo las de cerdo o de alto contenido de grasa, porque es más difícil su digestión durante estos periodos de alta temperatura”, detalla.
Otro dato importante es evitar alimentos que puedan tener efectos diuréticos, o sea, que fuercen al organismo a una mayor producción de orina, como pueden ser el café, té e incluso algunos medicamentos.
¿Cuándo acudir a un médico?
Hay varios signos y síntomas que pueden asociarse a los malestares del estrés térmico y que podrían indicar que es hora de consultar al médico. Los principales, de acuerdo al Dr. Guillermo Farmer, son: calambres, enrojecimiento de la piel y aparición de sarpullido, fatiga o agotamiento, insolación, el síncope (desmayo) y la hipertermia (golpe de calor).
“Para tratar estos cuadros, hay que avisar inmediatamente al supervisor y solicitar evaluación de algún profesional de la salud. Mantener a la persona en un ambiente a la sombra y siempre acompañado, no dejarlo solo”, recomienda el médico.
Agrega que “si la persona está consciente, o sea, con los ojos abiertos, podría beber algún líquido frío, que esté entre 10°C y 16°C. Luego, dependiendo de la gravedad, trasladar de inmediato para ser evaluado por un médico.”
De igual modo, en caso de que existan algunos cuadros clínicos que necesiten de una atención médica inmediata, hay que disponer de teléfonos de emergencia para que los trabajadores se puedan contactar directamente.