Nuevas cifras de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) dan una mayor perspectiva a lo que ha ocurrido con el teletrabajo o trabajo a distancia durante el año que llevamos de pandemia.
Según la entidad, antes de la emergencia sanitaria había 260 millones de trabajadores que trabajaban de forma remota, pero ahora ese número se ha, al menos, duplicado.
Esto ha traído múltiples problemas nuevos, siendo el más destacado el cómo ha afectado a la salud mental de muchas personas, pues la OIT indica que alrededor del 41% de quienes están laborando desde su hogar se sienten muy estresados, cita el sitio web de la ONU.
En cambio, en quienes trabajan fuera de la casa sólo el 25% declara estar sufriendo esa condición.
Estas cifras llevan a una encrucijada, pues significaría que trabajar a distancia es más seguro para la salud física, pero no para la mental.
Al respecto, Joaquim Nunes, jefe de Salud y Seguridad Ocupacional de la OIT, expresa que “la forma más efectiva de eliminar el riesgo de contagio en un contexto laboral es, para quienes pueden hacerlo, el teletrabajo. Pero debemos prestar atención también al bienestar físico y mental de los trabajadores”.
¿Qué ocurrirá a futuro? El experto del organismo internacional estima que, incluso cuando la pandemia esté en retirada, toda esta experiencia con el teletrabajo tendrá algún tipo de impacto permanente en la forma que las personas laboran.
“Es bastante probable que el aumento del teletrabajo durante la pandemia de COVID-19 cambie permanentemente la forma en que vivimos y trabajamos. Muchos gobiernos se han dado cuenta de esto y están revisando los derechos de los empleados que trabajan desde casa. Por ejemplo, las empresas deben asegurarse de que los trabajadores no se sientan aislados, además de darles el derecho a desconectarse en lugar de estar en línea las 24 horas del día”, sostiene.
En ese sentido, la agencia de Naciones Unidas ejemplifica con la Ley de Teletrabajo publicada por Chile en 2020, diciendo que: “Una ley aprobada a principios de marzo de 2020 en Chile aborda de alguna manera estas preocupaciones. La legislación chilena reconoce el derecho de los trabajadores a distancia a desconectarse durante al menos 12 horas continuas en un periodo de 24 horas. Además, los empleadores no pueden exigirles que respondan a las comunicaciones en días de descanso o feriados”.
Nunes apunta que “Por ahora, no hay respuestas fáciles cuando se trata de garantizar un entorno de oficina adecuado en casa. No obstante, podemos decir que los mismos principios que se aplican a otros lugares de trabajo se aplican a los teletrabajadores, ya que los empleadores tienen un deber general de cuidado, en la medida de lo posible”.
“Si bien los empleadores no pueden controlar el lugar de trabajo cuando el personal trabaja desde casa, sí pueden proporcionar equipos ergonómicos a los trabajadores, como sillas adecuadas, además de ayudarlos a evaluar sus propios riesgos y a aprender cómo mantener estilos de vida saludables”, añade.