No deberías añadir azúcar ni sal a la comida de los bebés: esta es la razón

Consumir azúcar y sal en exceso es perjudicial para la salud de todas las personas, sin importar su edad, porque se trata de sustancias que pueden promover la aparición de múltiples enfermedades, como la diabetes.

Sin embargo, quienes no deberían consumir ni un poco de estos condimentos son los bebés menores de 2 años.

El doctor Ángel Gil, académico del Departamento de Bioquímica y Biología Molecular de la Universidad de Granada (España), explica al periódico español ABC que desde los 6 meses comienza la alimentación complementaria para los bebés, en que se introducen de a poco las comidas a su dieta.

Desde esa edad hasta los 2 años es una “ventana temporal crítica”, de acuerdo al experto, porque lo que consuman los pequeños en esta etapa marcará sus hábitos alimenticios para el resto de su vida.

“Si a un bebé se le empieza a dar un sabor dulce de forma temprana, aumenta su tendencia a buscar ese sabor tanto de niño como de adulto. Y lo mismo sucede con la sal”, sostiene el especialista.

A esto se suma el hecho de que los pequeños están predispuestos biológicamente a buscar los sabores dulces por sobre el resto.

Por el contrario, si le damos sólo alimentos naturales en esta edad, cuando crezcan tenderán a buscar ese tipo de comidas, o al menos las aceptarán con mayor facilidad.

Es importarte educarle en la diversidad de sabores de alimentos naturales, sin azúcar ni sal, pues esto hará que cuando crezca acepte mejor consumir verduras, frutas, cereales de grano entero y pescado, en lugar de tener un mayor interés por la bollería industrial (repostería) o por los alimentos ricos en azúcares y en sal”, afirma.

Por otra parte, si a un niño ya mayor quieren darle algo que contenga azúcar, ABC indica que la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que su contenido de azúcar no supere el 5% del total de energía que consuma en su día.

En el caso de los adultos, esto aumenta al 10%.


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