No cabe duda que los tacos altos estilizan las piernas, permiten ganar estatura y dan un look más femenino y elegante. Sin embargo, utilizar tacones de manera prolongada puede acarrear problemas para la salud que es mejor evitar.
Según cifras del Colegio de Podología de Estados Unidos, las mujeres tienen cuatro veces más problemas en los pies que los hombres, lo cual se atribuye a este invento que trajo la moda. A pesar de que no es el calzado más cómodo del mundo las mujeres los siguen eligiendo: de hecho una encuesta, realizada el año 2014 por la Asociación Médica de Podología de Estados Unidos, reveló que el 71% de las usuarias de este tipo de zapatos confesó que les dolían los pies.
Si bien una de las razones para preferirlos es verse más atractiva, el precio a pagar es un poco alto: partiendo por heridas como ampollas o rozaduras hasta problemas más permanentes como callos, juanetes, dedo en martillo (el extremo del dedo se dobla hacia abajo) y fascitis plantar (inflamación de la fascia plantar que es una banda de tejido elástico ubicada en la planta del pie). “No es inusual que personas que pasan gran parte del tiempo sobre tacones tengan dolor en la parte baja de la espalda, cuello y hombros porque ese tipo de zapatos modifica la forma natural del cuerpo”, explicó Sajid A. Surve médico osteópata de la Universidad de Texas Estados Unidos, en un artículo para la Asociación de Osteopatía Americana.
Pero también su uso prolongado puede producir lesiones graves en los huesos de los pies, tobillos, pantorrillas incluso osteoartritis en las rodillas. Así lo confirma un estudio publicado en el Journal of Orthopaedic Research (investigación ortopédica) que explica que los tacos altos le hacen más difícil el trabajo a la rodilla cuando ésta necesita estirarse. Esto pone más presión en la rótula y en el lado interno de la rodilla por periodos largos de tiempo, aumentando las posibilidades de un desgaste temprano. Por otro lado, usar este tipo de calzado incrementa el riesgo de sufrir esguinces de tobillo y fracturas por estrés.
Una de las funciones más importantes del pie es distribuir la carga del peso del cuerpo y el taco alto produce un cambio en este equilibrio, aumentando la carga en los dedos y en el ante pie los cuales no están preparados para resistir ese peso. Mientras más delgada sea la base del taco, más energía se gasta en mantener el equilibrio para caminar.
Esta variación en la distribución del peso hace que todas las posiciones articulares del cuerpo cambien: el tobillo, la rodilla y la cadera se flexionan más y se incrementan las curvaturas de la espalda.
Lo recomendable según los especialistas, es usar zapatos de 2 centímetros de alto en la parte delantera y tacos de no más de 4 centímetros, considerando que mientras más ancho sea éste, más estabilidad tendrá el cuerpo. Por lo mismo, es preferible evitar el taco tipo aguja y las suelas delgadas, porque éstas generalmente causan más dolor en el pie y en la columna. Es por ello, que los tacones de plataforma -con altura también en la parte delantera- son una mejor opción si se desea ganar altura.
Otras sugerencias son llevar zapatos más cómodos y flexibles en la cartera, para poder cambiarse cuando los pies comiencen a molestar y evitar caminar largas distancias o estar de pie por periodos prolongados con tacones. Y a la hora de escoger tus zapatos puedes intentar privilegiar la comodidad.