El rubro de la arena y grava puede perjudicar considerablemente al ecosistema, mucho más de lo que algunos podrían imaginar.
La arena y grava se utiliza para fabricar concreto, asfalto y vidrio, por lo que su demanda se ha incrementado enormemente en las últimas décadas, debido al aumento de las construcciones y el crecimiento de las ciudades. Y sin ellas, no habrían edificios ni aceras.
Esta gran demanda ha llevado a una explotación indiscriminada de este recurso natural: cada día se extraen 18 kilos por cada habitante del planeta, de acuerdo a la Organización de Naciones Unidas (ONU).
¿Cómo afecta esto al medio ambiente? La extracción excesiva de este recurso está destruyendo ríos y playas en todo el planeta, porque reduce el suministro de sedimentos de los ríos a muchas áreas costeras, y se erosionan las playas.
A su vez, esto arruina el entorno donde viven miles de animales y plantas.
Al respecto, Joyce Msuya, directora ejecutiva interina de ONU Medio Ambiente, explica que “estamos gastando nuestro presupuesto de arena más rápido de lo que podemos producir de manera responsable. Al mejorar la gobernanza de los recursos de arena globales, podemos administrar mejor este recurso crítico de manera sostenible y demostrar que la infraestructura y la naturaleza pueden ir de la mano».
En ese sentido, la ONU añade que “la extracción insostenible de arena no solo afecta el medio ambiente, sino que también puede tener implicaciones sociales de gran alcance. Por ejemplo, la extracción de arena de las playas puede poner en peligro el desarrollo de la industria turística local, mientras que la eliminación de la arena de los ríos y bosques de manglares conduce a una disminución de las poblaciones de cangrejos, lo que afecta negativamente a los recolectores de estos crustáceos, principalmente mujeres, cuya subsistencia depende de este oficio”.
Y concluye que “la extracción descontrolada se produce a expensas de otros sectores económicos, medios de vida locales y biodiversidad. Los riesgos directos de seguridad para quienes trabajan en el sector y viven en las comunidades donde se lleva a cabo esto incluyen el ahogamiento de los trabajadores que sacan arena de los cauces, y los hundimientos y derrumbes en las áreas de extracción”.
Una posible solución a este problema es preocuparse regularizar más el área y combatir la explotación ilegal del recurso, indica la ONU, para lograr extraer arena y grava de la forma más sustentable posible.