Científicos de King’s College London descubrieron que existe una importante relación entre la fuerza que tenemos en nuestras piernas y la del cerebro.
El ejercicio libera en el cuerpo sustancias químicas que ayudan a estimular el cerebro de las personas de tercera edad.
Los resultados los obtuvieron luego de analizar a 324 gemelas idénticas sanas durante un tiempo de 10 años. Establecieron que el sujeto con mayor fuerza en las piernas tenía una función cognitiva más desarrollada 10 años después.
Debido a la similitud genética, los investigadores pudieron eliminar y controlar algunos factores que pueden explicar ciertas diferencias entre las funciones cognitivas de ambas.
Otros aspectos se evaluaron tanto al principio como al final del trabajo, tales como el pensamiento, la memoria y el aprendizaje.
Así pudieron determinar que el mejor indicador de las capacidades mentales deterioradas, es la fuerza de la pierna. El sujeto con mayor fuerza en estas extremidades al inicio del estudio tenía más posibilidades de presentar un cerebro desarrollable.
El doctor Doug Brown, director de la sociedad de Alzheimer en el Reino Unido, señaló que el trabajo se suma a la numerosa evidencia científica de que la actividad física puede ayudar a cuidar tanto el cuerpo como el cerebro.
Sin embargo agregó que aún no se sabe de manera completa cómo funciona esta relación, “y cómo podemos maximizar su beneficio».