Ya llevamos un año de pandemia y una situación que suele repetirse en gran parte de la población es sentir un cansancio acumulado, físico y mental, por toda la incertidumbre y el encierro que ha derivado de la emergencia sanitaria.
Este efecto ya tiene un nombre: fatiga pandémica lo ha llamado la Organización Mundial de la Salud (OMS), según explica al periódico español ABC la psicóloga Laura Fuster, del centro médico Psicólogos Valencia.
Esta fatiga pandémica se debe a las consecuencias que el estrés prolongado puede haber traído en nuestro organismo. «El peligro viene cuando el estrés se mantiene durante demasiado tiempo, ya que puede derivar en problemas de sueño, alimentación, bajada de estado de ánimo o, como en el caso que nos ocupa, cansancio crónico”, indica la experta.
En ese sentido, relata que el drástico cambio que ha sufrido nuestra vida diaria desencadena este tipo de fatiga. “Después de meses luchando contra el coronavirus, muchos de nuestros hábitos de vida han cambiado. Hemos tenido que introducir en nuestra vida diaria las mascarillas, el lavado de manos, la distancia social, pasar largas temporadas en casa, etc.”, indica.
Sobre este concepto también habla Claudio Acevedo, académico de la Escuela de Terapia Ocupacional de la U. Andrés Bello y experto en salud mental, quien explica, en el sitio web de la casa de estudios, que “la fatiga pandémica tiene que ver con el componente de la línea de salud mental, el cual tiene injerencia con el estado salud de las personas. Es el cansancio, el estrés acumulado por este casi un año en que nos hemos visto enfrentado a las medidas que toman las autoridades para la prevención del contagio, las medidas de restricciones, medidas inciertas que van cambiando semana a semana”.
Cómo cuidarse
Para cuidarse de la fatiga pandémica, la psicóloga Laura Fuster aconseja cuidar nuestros pensamientos, evitando aquellos que nos hacen daño.
“Sé que parece imposible, pero intenta detectar el pensamiento que te hace daño y cambiarlo por otro que te resulte más útil y que aporte emociones más adaptativas. En consulta trabajamos los pensamientos con terapia cognitiva, consiguiendo que las personas sean más conscientes de lo que piensan y puedan adaptarse a las situaciones», detalla.
Sobre las emociones muy intensas, aconseja intentar aceptarlas en lugar de evadirlas. A lo que hay que estar atento es si una emoción persiste por demasiado tiempo, como el sentirse triste a diario, en cuyo caso sería conveniente buscar ayuda.
“Aunque no nos guste, es normal que presentemos una montaña rusa de emociones: despertarme motivado pero ver una noticia que me pone triste. Después llamar a una amiga que me anima pero por la tarde sentir de pronto aburrimiento», relata.
Asimismo, recomienda mantener relaciones sociales y no aislarse. Aunque estemos en el hogar, podemos socializar con amigos por internet y o con nuestra familia más cercana.
Por su parte, Laura Rojas Marcos, doctora en Psicología Clínica en España, aconseja en el periódico El País que también nos preocupemos de nuestro bienestar físico, cuidándonos lo más que podamos mientras estemos en el hogar, como, por ejemplo, comiendo saludable y realizando ejercicio.
Rojas igualmente recuerda que está bien si queremos desconectarnos por un día. No es necesario estar pendientes de los mensajes y noticias a diario, en especial de todo lo que sea muy negativo. “Si te saltas un día, no pasa nada”, señala.