Cada año, varias regiones de Chile se ven afectadas por grandes incendios forestales que queman cientos de hectáreas de bosques, en especial durante el verano, cuando las temperaturas suben y la falta de lluvia propicia la expansión del fuego.
Estos incendios ocurren mayormente en zonas rurales, pero en realidad pueden darse en cualquier lugar, por lo que si vives cerca de un área boscosa o con mucha vegetación, es mejor estar siempre preparado ante una eventual emergencia de este tipo.
Lo primero que hay que saber es que, si se vislumbra un posible incendio forestal, puedes avisar a las autoridades a los siguientes teléfonos: Conaf (130), Bomberos (132), Carabineros (133) o PDI (134).
De acuerdo al Ministerio de Salud (Minsal), lo siguiente que se debe hacer es cortar la electricidad y el gas de la vivienda, los cuales pueden agravar una catástrofe en caso de que las llamas lleguen muy cerca.
Para proteger nuestra salud, recomienda cubrir la boca y la nariz con un paño húmedo, lo cual sirve para filtrar el humo que hay en el ambiente.
“El humo de los incendios forestales es una mezcla de gases y partículas finas de árboles y otros materiales, que puede dañar los ojos, irritar el sistema respiratorio y empeorar la condición de salud de las personas que padecen problemas cardíacos, pulmonares y respiratorios. Es bueno reconocer algunos síntomas de intoxicación por humo, tales como tos con o sin mucosidad, latido acelerado”, acota el Minsal.
Asimismo, el organismo público recalca que es importante estar atento al comportamiento del viento y cómo afecta al fuego, debido a que los incendios pueden cambiar rápidamente su dirección e intensidad.
Por su parte, la Cruz Roja Chilena destaca que puede ser útil el mojar con agua los matorrales, arbustos, zonas aledañas y alrededor de donde se encuentren las personas, para limitar el avance del calor y el fuego.
Y también advierte que a veces puede parecer como que el fuego se extinguió, pero en realidad continúa activo bajo tierra, ya que se queman las raíces. Por lo mismo, es vital esperar a que las autoridades les digan que pueden regresar a los hogares, tras evacuar la zona.
Método indirecto de control del fuego
La Corporación Nacional Forestal (Conaf) explica que existen dos métodos con que los brigadistas controlan el fuego, y uno de ellos -el indirecto- puede servir a las personas que aún están relativamente lejos de los focos.
Este consiste en intervenir la vegetación en la trayectoria que se cree que seguirá el fuego, para dejarlo sin combustible y detener su avance.
“El control se logra rodeando al incendio, encerrándolo dentro de una línea de control, a cierta distancia de la cabeza del incendio y de sus lugares activos”, expresa.
“Una línea de control, por su parte, es el conjunto continuo de cortafuegos naturales y artificiales ya presentes en el área afectada, y de los cortafuegos que se construyen durante el combate (…) A su vez, un cortafuego es una faja de terreno que no tiene combustible o donde éste no está en condiciones de arder. De esta forma los cortafuegos cortan la continuidad de la vegetación, impidiendo así que el fuego se propague al carecer de combustible”, agrega.
Hay diversos tipos de cortafuegos, sostiene la Conaf. Uno de ellos, por ejemplo, consiste en “una faja de terreno, de la longitud que sea necesaria y de varios metros de ancho, donde se ha cortado y extraído toda la vegetación y se ha raspado y cavado el terreno hasta el suelo mineral”.
Otros son los cortafuegos de agua y de retardante, en que se cubre a la vegetación con agua y productos químicos que impiden que se incendie.
Para conocer más detalles sobre el método indirecto de combate de incendios, puedes visitar la Conaf.