La calle es el lugar común por donde transitan cientos de personas y animales diariamente; donde hay polvo y tierra, aceites que eliminan los autos, basura y excremento. Evidentemente no es el espacio más limpio o higiénico del mundo y la suela de tus zapatos tiene contacto directo con esa mugre que se adhiere a ella y entra a tu hogar junto contigo.
En las culturas orientales y en algunos países de Europa es habitual que las personas se quiten los zapatos al ingresar al hogar, ya que éstos no sólo contienen bacterias, sino que también gérmenes, químicos, aceites y petróleo.
El doctor Charles Gerba, microbiólogo de la Universidad de Arizona, realizó un estudio para el cual compró un par de zapatos nuevos, que analizó después de dos semanas de uso y encontró más de 420 mil unidades de bacterias, con la presencia de algunas de las más peligrosas que existen en la actualidad.
Escherichia coli, conocida por producir infecciones intestinales y urinarias, meningitis y diarrea; Klebsiella pneumoniae que causa infecciones en el tracto urinario y neumonía; y Serratia ficaria que ocasiona infecciones en el tracto respiratorio, son algunas de las bacterias que pueden habitar en la suela de tus zapatos.
Jonathan Sexton, asistente de investigación del Departamento de Salud Pública de la Universidad de Arizona, afirmó que la suela es más sucia que el asiento de la taza del baño: “Los asientos de los inodoros generalmente tienen mil bacterias o menos”, en una entrevista con el noticiero ABC News de Estados Unidos.
Por otro lado, la Universidad de Houston llevó a cabo un estudio que reveló que el 39% de los zapatos contenían la bacteria C. diff (clostridium difficile) que es resistente a ciertos antibióticos y es capaz de provocar una fuerte diarrea que puede derivar en una inflamación al colón y otras complicaciones, si es que no responde de manera efectiva a los antibióticos.
Y si en la casa hay niños pequeños que gatean en el suelo es aún más importante quitarse los zapatos. Una idea para quienes no gustan andar descalzos es tener unas pantuflas u otro tipo de calzado destinado para ser usado exclusivamente al interior del hogar.