Las bebidas energéticas han ganado una inmensa popularidad en los últimos años, y uno de sus principales consumidores a nivel mundial son los jóvenes, incluyendo a menores de edad.
Por ejemplo, según un estudio de la Universidad de Michigan realizado a 22 mil adolescentes de Estados Unidos, alrededor de un tercio de los jóvenes entre 13 y 18 años toma energéticas a diario, reporta el periódico español ABC.
Esta práctica podría tener un efecto perjudicial en la salud de los menores de edad si se convierte en un hábito, principalmente porque estos bebestibles son muy altos en cafeína y azúcar, y dichos componentes pueden generar problemas al ser consumidos en exceso.
Además, hay que considerar que el organismo de niño es diferente al de un adulto, así que no reacciona de la misma forma ante estas sustancias.
Así lo indica Carlos Casabona, pediatra especializado en nutrición infantil y autor del libro Tú eliges lo que comes, quien recalca -en entrevista con el diario español El País– que “un padre no le daría tres cafés a su hijo porque sabe que es una droga. El organismo de los niños tiene una sensibilidad a la cafeína mucho mayor, al no estar completamente desarrollado ni a nivel cardiovascular ni nervioso”.
Y es que una lata de energética de medio litro equivale a 3 cafés expreso y 15 sobres de azúcar, acota el nutricionista Julio Basulto, tomando en cuenta que un café normal tiene entre 50 y 60 miligramos, uno de cápsula entre 60 y 90, y uno americano entre 150 y 200.
Los expertos afirman que la cafeína en sí no es mala, pero en el caso de los menores de edad, no les aporta ningún beneficio. Y si la consumen en cantidades excesivas, pueden experimentar síntomas como náuseas, vómitos, taquicardias, palpitaciones y nerviosismo, sostiene el médico Carlos Casabona.
Aunque esos síntomas no son graves, añade que si habitualmente toman una o dos latas al día, los efectos pueden ser mucho más serios.
“Aparecen problemas cardíacos, arritmias, hipertensión arterial crónica, episodios de taquicardias y palpitaciones (…) Pueden ocasionar alteraciones del sueño, irritabilidad, baja autoestima e incluso casos de agresividad y tendencias a conductas de riesgo por una valoración incorrecta de determinadas situaciones”, advierte.
Asimismo, alerta que hay personas que pueden no saber que tienen alguna patología leve, y que las energéticas -en especial si las consumen en exceso- pueden agravar su situación.
“Incluso se han dado casos de muerte súbita tras consumir dos latas de medio litro, en menores con alguna patología leve de la que incluso no eran conscientes y en los que esta ingesta ha tenido un papel fundamental”, sostiene.
Si tienes dudas sobre los efectos que estos u otros productos pueden tener en la salud de un menor de edad, te recomendamos consultar con un médico antes de que lo consuma.