En qué aspectos fijarse al momento de elegir un casco de bicicleta

El casco para andar en bicicleta es uno de los accesorios más importantes que se pueden adquirir. Y es que justamente está diseñado para proteger uno de los órganos más primordiales del cuerpo humano: el cerebro. Las cifras lo dicen todo: lesiones en la cabeza causan un 75% de las muertes en bicicleta y las investigaciones en el área indican que los cascos podrían reducir o prevenir la mayoría de éstas.

Sin embargo, a la hora de comprar, la oferta es amplia y puede ser confusa. A continuación te entregamos algunas recomendaciones publicadas por el sitio de la tienda REI de Estados Unidos, especializada en deporte aventura, para saber cuál es el más adecuado a tu propósito y en qué detalles te puedes fijar al escoger uno.

1- Tipos de casco

Según REI, existen al menos tres grandes tipos de casco de bicicleta: recreacionales, de ruta y de mountainbike.

Los recreacionales son una alternativa económica que sirve para usarlos para pasear y son también populares entre los skaters.

Por su parte, los cascos para ruta se caracterizan por ser livianos, tener bastantes puntos de ventilación y un diseño aerodinámico. Es común que no cuenten con una visera para no obstruir la visión del ciclista.

Los de mountainbike están diseñados para tener una buena ventilación incluso en velocidades no muy rápidas. Se caracterizan por sus viseras, tener más protección en la parte de la nuca y quedar más firmes en la cabeza para que no se muevan con los rebotes en los terrenos más disparejos. Para la disciplina de descenso (downhill) se utilizan aquellos que además protegen la cara (conocido como casco integral).

2-  La construcción del casco

Un casco para andar en bicicleta cuenta con diversas características que pueden influir en la decisión de cuál comprar, dependiendo de los usos del ciclista (traslado, deporte, competencia, recreación).

  • Carcaza: la mayoría de los cascos de bicicleta están recubiertos con una capa de plástico, cuya función es contenerlo en caso de un golpe, además permite que el casco se deslice si la persona cae al suelo (esto protege el cuello y la cabeza).
  • Material interior: la mayoría está hecho de poliestireno expandido que es capaz de disipar la fuerza del impacto para proteger la cabeza. Por lo mismo es importante que se sienta cómodo al probárselo.
  • Ventilación: permite el flujo de aire en la cabeza, manteniéndola más fresca al pedalear. Mientras más agujeros de ventilación tenga un casco, más liviano va a ser.
  • Visera: hay corredores que prefieren usar cascos con visera para protegerse del sol, especialmente en mountainbike. Sin embargo, éste añade un poco de peso y resistencia al viento.
  • Protección para la cara: algunos cascos cubren la barbilla y protegen la cara, opción que es la preferida por las personas que practican la disciplina de descenso, que consiste en bajar el cerro por senderos rocosos.
  • Correas: el sistema de correas debe ser cómodo y fácil de cerrarse y abrirse. Vale la pena probar distintos ajustes para asegurarse que el casco quede firme.

3- El tamaño

Es esencial que el casco sea del tamaño adecuado. La mayoría de ellos están disponibles para small, medium y large. Para saber la talla, expertos recomiendan medirse la cabeza rodeando la parte más ancha de ésta, ya que muchos fabricantes indican también el tamaño en centímetros.

4- Cuidado y cuándo reemplazarlo

Los fabricantes recomiendan evitar químicos para limpiar un casco y sólo usar un paño suave o una esponja y un poco de jabón y agua. Otra consideración es no guardarlo en lugares donde se acumula el calor como el garaje y el maletero del auto ya que el calor excesivo puede causar que se formen burbujas. Los fabricantes aconsejan no ocupar un casco que presente algún deterioro físico.

Asimismo, no es seguro utilizar un casco que haya estado en un accidente, ya que probablemente se encuentre con fracturas internas que no sean visibles a simple vista. Por lo mismo, es recomendable cambiarlo después de cualquier impacto significativo, aunque éste se vea en buenas condiciones.

Además se sugiere reemplazarlo por uno nuevo cada 5 años, ya que la contaminación, los rayos UV y el clima pueden debilitar sus componentes.

 


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