Los peligros de fumar y los daños que acarrea en nuestra vida diaria son de conocimiento público a estas alturas. Muchas campañas se han realizado, por parte del Estado y organizaciones independientes, para generar consciencia sobre este hecho. Incluso, con anterioridad, hemos señalado las consecuencias que puede traer el consumo de tabaco.
El pasado 30 de mayo fue el Día Mundial Sin Tabaco, una jornada dedicada a la prevención y erradicación del tabaco de nuestras vidas. El Ministerio de Salud publicó ese mismo día los últimos datos sobre su consumo, señalando que Chile es el país con mayor prevalencia en consumo de tabaco de Latinoamérica y, además, cada día mueren cerca de 45 personas por esta adicción en territorio nacional.
Es por esto que, considerando que hay muchas personas que fuman y que a pesar de que desean dejarlo les cuesta mucho lograrlo, hemos elaborado una lista con 3 pasos que podrían ayudarte a dejar el cigarro y así mejorar tu calidad de vida y salud.
1. Primeros pasos: indicar fecha, hacer reflexión y establecer comunicación
Lo primero más recomendable es fijar una fecha exacta en la que dejarás el tabaco. Esta es a tu gusto y el camino hacia esa fecha puede incluir las siguientes cosas: una reducción progresiva de la cantidad de cigarros que fumas a medida que se va acercando el día ‘0’ y una reflexión escrita sobre las razones por las cuales fumas y en qué momentos es donde más lo necesitas.
Por ejemplo, identificar si fumamos más cuando estamos estresados o un poco tristes, en las juntas con amigos, cuando se consume un poco de alcohol, etc. Una vez elaborada esta lista, también podemos indicar los beneficios que nos traerá el dejar el consumo: un mejor estado físico, mayor esperanza de vida, mejor aliento, más energía, etc.
Finalmente, podemos avisar a todo nuestro círculo más cercano, amigos y familia, de nuestro plan y las razones que tenemos detrás. De esta forma, también serán más comprensivos cuando el mal humor llegue a nuestras vidas por cortar un hábito tan frecuente en nuestra rutina.
2. Cambio total
Como ya hemos identificado los momentos en los que fumamos, podemos comenzar también a evitarlos o cambiarlos. Por ejemplo, si es el alcohol o el café el que nos dan ganas de fumar, podemos cambiar esos líquidos por otros para así evitarlo. Agua y té, respectivamente, podrían ser buenos reemplazos.
Por otra parte, es aconsejable empezar a incluir nuevas actividades en nuestras vidas para así reemplazar la ansiedad que podemos llegar a sentir por dejar el consumo de tabaco.
Por ejemplo, aumentar la actividad física. Puedes salir a correr, practicar algún deporte, ir al gimnasio, entre otros. También es recomendable consumir más líquidos y cambiar tus hábitos de alimentación. Reordenar tus comidas es ideal.
Masticar chicle sin azúcar, masticar canela u otro producto para así lidiar con la ansiedad son buenas alternativas. Puedes incluso fingir que estás fumando con cualquier elemento que creas adecuado para así tranquilizar a tu mente y calmar las sensaciones de abstinencia.
Por último, una buena costumbre es la de juntar el dinero, día a día, que se gastaría en cigarros, en un frasco. De esta manera iremos tomando consciencia del ahorro que significa el no consumo y el fin de semana podemos gastar el dinero en algo que de verdad necesitemos.
3. Ayuda profesional, grupal y la inevitable frustración.
Aunque estos consejos pueden ser muy útiles, la verdad es que la adicción a la nicotina, el componente principal del cigarro, es difícil de erradicar. Por lo mismo, no te frustres si llegas a caer de nuevo en el vicio al principio. Es algo muy normal y que puede ocurrir en incontables ocasiones.
Una muy buena idea y que puedes tomar como último recurso, es acudir a distintos profesionales y grupos de ayuda. Por ejemplo, psicólogos, nutricionistas o médicos generales podrán aconsejarte y guiarte en misión por dejar el tabaco, mientras que también puedes unirte a grupos de ayuda para así contar tu experiencia, compartir historias, y desarrollarte como persona mientras logras motivarte para dejar el cigarro.
Puedes caerte varias veces, lo importante es seguir intentándolo y hasta lograrlo: por una vida más sana, más larga y menos contaminada.