Durante el invierno suelen aumentar las enfermedades respiratorias, debido al frío y la menor ventilación de espacios cerrados, entre otras razones. Y dos de las más comunes son el resfrío y la influenza.
Ambas patologías son bastante similares, por lo que muchos las confunden, sin embargo, la segunda puede ser mucho más grave que la otra, por lo que es importante saber diferenciarlas.
Así lo explica el portal de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por su sigla en inglés), el cual indica que una de las claves para poder identificarlas es que en la influenza, los síntomas son más intensos que en un resfriado.
“Los signos del resfriado son generalmente más suaves que los de la influenza. Las personas resfriadas tienen mayores probabilidades de tener secreción o congestión nasal. Por lo general, los resfriados no derivan en problemas graves de salud”, afirma.
En ese sentido, agrega que los síntomas de influenza pueden incluir fiebre o sensación de estar afiebrado, escalofríos, tos, dolores musculares o corporales, dolores de cabeza y fatiga (cansancio), todos los cuales son poco habituales en un resfrío.
Otro punto al que hay que prestarle atención es que cuando uno tiene influenza, los signos aparecen repentinamente, mientras que en el resfriado se presentan gradualmente.
En la siguiente tabla puedes ver una comparación en detalle de los síntomas de cada enfermedad.
De acuerdo al servicio estadounidense, “hay pruebas especiales, que normalmente deben hacerse dentro de los primeros días de la enfermedad, que pueden indicar si una persona tiene influenza”, por lo que se recomienda acudir a urgencias a la brevedad si crees tener esa patología.
Sobre el pronóstico de recuperación, expresa que “la mayoría de las personas se recuperarán en un periodo que va desde unos pocos días hasta menos de dos semanas, pero algunas desarrollan complicaciones (como la neumonía) como consecuencia de la influenza, las cuales pueden poner en riesgo la vida”.
“Otras posibles complicaciones graves pueden ser la inflamación del tejido que rodea el corazón (miocarditis), el tejido cerebral (encefalitis) o el tejido muscular (miositis, rabdomiólisis) y la insuficiencia multiorgánica (p. ej., insuficiencia renal y respiratoria). La infección de las vías respiratorias por el virus de la influenza puede desencadenar una respuesta inflamatoria en el cuerpo y puede derivar en una sepsis, una respuesta a infecciones que pongan en peligro la vida”, añade.