El CrossFit es un deporte que nació en California, Estados Unidos, a principios del año 2000 y fue creado por el gimnasta Greg Glassman quién elaboró un plan de entrenamiento para mejorar el desempeño de los policías de Los Ángeles, Estados Unidos. Los resultados de esta disciplina traspasaron las fronteras haciéndose popular en gimnasios de varias partes del mundo.
Preparar el cuerpo no sólo para lo conocido, sino también para lo desconocido es el mantra del CrossFit, cuya especialidad es no especializarse en nada, según ha declarado su creador. Este deporte desafía la fuerza, potencia, velocidad, coordinación, resistencia muscular y cardio respiratoria, flexibilidad, equilibrio, agilidad y precisión. Es una disciplina dura que no se recomienda tomar a la ligera, especialmente si no se ha practicado ejercicio durante un tiempo.
El sitio Web Med explica que un entrenamiento de CrossFit requiere un trabajo de 3 a 5 días a la semana, con ejercicios que son intensos y cortos, que toman entre 5 a 15 minutos para ser completados. La rutina se realiza en un formato de circuito, en el cual un ejercicio le sigue al otro con pequeños intervalos de descanso. Sentadillas, flexiones de brazos, ejercicios de fuerza de la parte superior del cuerpo, levantamiento de peso, correr, saltar la cuerda son algunas de las prácticas del CrossFit.
Además este deporte exige cambios en la dieta, para lo cual se proponen dos alternativas: la dieta paleolítica, que consiste en una alimentación basada en plantas (verduras, frutas, semillas) y productos animales (carne, pescado y huevos); y la dieta de la zona que consiste en consumir una proporción de 40%: 30%: 30% de calorías obtenidas de carbohidratos, proteínas y grasas.
Entre las ventajas del CrossFit están que no toma mucho tiempo completar los exigentes circuitos y que no requiere de equipamiento caro ni muy especializado.
Sin embargo, es importante considerar que este deporte conlleva riesgos, especialmente debido a su intensidad. Por ejemplo, es peligroso para las personas que no tienen experiencia levantando pesas ya que podrían sufrir una lesión muscular.
Por otro lado, Internet ofrece muchas rutinas que tientan a deportistas amateur, quienes muchas veces no están informados de las precauciones y recomendaciones para realizarlas. Una de estas consideraciones es comenzar por rutinas básicas y de poca carga e ir aumentando la dificultad de manera progresiva para evitar daños.
Uno de los riesgos más peligrosos de este deporte es sufrir una lesión muscular grave llamada rabdomiolisis que puede ocurrir cuando se practica ejercicio demasiado vigoroso y extremo. En resumen, las fibras del músculo se dañan severamente hasta desintegrarse, liberando su contenido hacia el flujo sanguíneo lo que puede derivar en complicaciones renales. Algunas medidas para prevenirlo son comenzar el ejercicio de manera suave e ir gradualmente aumentando la intensidad, evitar practicarlo en un ambiente caliente y húmedo y mantenerse hidratado.
Respecto a esto último, cuando a una persona se le ha diagnosticado rabdomiolisis necesita beber mucho líquido, así como también es posible que el tratamiento incluya recibir fluidos de manera intravenosa; ambas medidas tienen el objetivo de eliminar las toxinas que han pasado al torrente sanguíneo y así proteger a los riñones de los efectos de la rabdomiolisis.
Por otro lado, los expertos no recomiendan practicar Crossfit sin la supervisión de un entrenador especializado. Incluso es aconsejable averiguar quién es el instructor, cuál es su experiencia en la disciplina y si está certificado en ella.