Con el aumento de las temperaturas y la eventual llegada del verano, es más importante que nunca preocuparnos de aplicar adecuadamente el protector solar cuando nos exponemos a la radiación ultravioleta (UV) del sol.
Es relevante utilizar bloqueador todo el año, pues en invierno los rayos del sol también pueden atravesar las nubes, e incluso la nubosidad puede generar un fenómeno de lupa que potencie el efecto.
Sin embargo, en verano es todavía más relevante no olvidarnos de este importante paso en nuestra rutina de cuidado de la piel, ya que aumenta el nivel de radiación UV que recibimos por diversos factores, tales como el aumento de la cantidad de horas de luz natural cada día y porque el hemisferio sur queda inclinado en una posición directa hacia el sol.
E incluso deberíamos cuidarnos cuando estamos dentro de una vivienda o un vehículo, dado que los rayos UV traspasan el vidrio.
Así lo indica en entrevista con BioBioChile el Dr. Nicolás Fernández, médico general de la Clínica Lo Curro de IST (Instituto de Seguridad del Trabajo), quien apunta que lo correcto es aplicar el protector solar al menos 30 minutos antes de exponernos al sol, para que la piel pueda absorberlo.
“Hay que reaplicarlo por lo menos cada 2 horas, si uno va a estar en lugares muy expuestos al sol. Y si hay contacto con agua, cada 40 minutos. También las personas que están realizando actividad física, que están sudando mucho y que van a perder la efectividad del protector solar, deberían reaplicarlo de forma más frecuente”, explica.
Asimismo, instruye que “la idea es que se aplique en todas las partes del cuerpo que vayan a recibir exposición solar. Lo mínimo siempre va a ser la cara, el cuello y las manos. Además, no toda la ropa es adecuada para bloquear el sol, por lo que aplicarlo también en el resto del cuerpo no estaría nada de mal”.
En ese sentido, la ropa que incluye protección UV certificada es una buena alternativa para niños o personas con piel sensible, pero hay que tener en cuenta que igualmente va perdiendo efectividad con el tiempo y debe ser reemplazada periódicamente.
“Toda la piel expuesta requiere protección para no desarrollar patologías a futuro. Lo que estamos tratando de prevenir, por un lado, son las quemaduras solares. Pero, por otro lado, están las patologías, los posibles cánceres que uno pueda desarrollar”, advierte el médico.
¿En qué debo fijarme al comprar un protector solar?
Cuando se trata de bloqueadores solares, hay una gran variedad de marcas disponibles, que ofrecen cremas protectoras con diferentes características y a distintos precios dependiendo de tu necesidad.
Si vamos a elegir uno, lo más importantes es fijarnos en el FPS, es decir, el factor de protección solar, qué indica qué tan efectivo es el producto para proteger de los rayos UV.
“Mientras más protección tenga el producto, mejor. Pero lo mínimo y lo que tiene más evidencia de protección es sobre 30 FPS”, recalca el Dr. Nicolás Fernández.
Sobre las diferentes características entre los productos, comenta que “en general, todos los protectores que sean de un laboratorio dermatológico cumplen con los estándares mínimos”, independiente del valor.
Al final, lo más vital es usar algún tipo de protector solar, dado que “el daño solar queda una vez que lo recibimos. Por cada una de esas quemaduras feas que uno tiene, se acumula harto daño en la piel y no se vuelve atrás. El daño va quedando siempre. Por eso es que es importante ocupar protector solar durante todo el año”.