Ante situaciones de emergencia: consejos para cuidar tu salud mental

Ante situaciones de emergencia: consejos para cuidar tu salud mental

Recientemente, en Chile ocurrieron diversas situaciones de emergencia, como la alerta de tsunami, la tormenta y la tragedia de El Teniente. Indirectamente, estas pueden afectar la salud mental de las personas.

Desde la Organización Panamericana de la Salud se recalca que un problema que suele ocurrir en eventos críticos es que los sistemas de salud se enfocan en solucionar lo inmediato y, a nivel global, no se invierte en salud mental en esos casos.

Aunque la situación no afecte directamente a una persona, sus experiencias previas en desastres, o cómo reaccionó su entorno en este tipo de situaciones en la infancia, puede determinar cómo se verá afectada una persona. 

Según la psicóloga y consultora de IST Mutualidad, Carolina Pérez, “incluso una alerta de tsunami por un terremoto que hubo en otro lado puede reaparecer cierta sintomatología ansiosa, asociada a revivir esa situación (…) a veces puede ser algo que no ocurra directamente en mi territorio, pero eso sí me gatilla el evento que para mí se vivió como traumático y que no fue abordado de una manera efectiva”. 

“Por ejemplo, si no me sentí contenida o contenido, escuchado, o fui parte del equipo de rescate y ayudé a gente, pero no me ayudaron a mí. Entonces, hay que tener en cuenta todo ese tipo de situaciones”, profundizó.

En esa línea, una situación de emergencia podría revivir episodios que fueron, de alguna manera, traumáticos. Por eso, la psicóloga enfatizó en la relevancia de contar con redes de apoyo psicológico en esos casos, ya que estos mitigan el estrés que se genera.

¿De qué manera puede afectar una situación de emergencia?

Además de quienes sufrieron trauma por un evento similar anteriormente, la población más vulnerable en este tipo de contingencia son los niños, adultos mayores, personas con problemas de movilidad y estrés postraumático.

Acorde a eso, los efectos psicológicos más comunes en esos casos son ansiedad, irritabilidad, somatización y trastornos del sueño.

Carolina Pérez afirmó que “por lo general el sueño es como de los primeros elementos que se trastoca (…) además empiezan a somatizar, o sea, la persona no refiere directamente ‘oh, parece que estoy ansioso’, sino que empieza con dolores de cabeza, migrañas y alteraciones en el apetito”.

En cuanto a la somatización, puede haber brotes en la piel, ya que baja el sistema inmune en situaciones de estrés. Además, eso se traduce en alteraciones gastrointestinales, como colon irritable. 

“Si ya tengo una condición médica, por ejemplo, diabetes, o si tengo problemas cardíacos, que se me suba la presión por una situación de estrés como esta, o se me alteren los niveles de azúcar, neuropatías, etcétera, etcétera, porque el sistema nervioso que se pone en alerta frente a una situación y de no ponerse foco en eso, en mitigar esta situación de alerta, puede que esto se vaya cronificando”. 

Retomar la cotidianidad 

Una forma de cuidar la salud mental en situaciones de imprevistos, es generar redes de apoyo en el entorno. A modo de ejemplo, la experta recomendó “conversar con la gente que se vio afectada en mi cuadra, apoyarnos mutuamente, con foco en la población más vulnerable, como niños y adultos mayores”.

Asimismo, uno de los factores estresores es que la cotidianidad se ve perturbada. Por eso, para mitigar el estrés en un tipo de imprevisto es intentar retomar la rutina dentro de lo posible. 

Por ejemplo, “si un niño perdió sus juguetes, se puede hacer una colecta para que los vuelva a tener. Lo mismo si un adulto mayor perdió sus medicamentos u horas médicas, hacer lo posible para que las retomen (…) está claro que no va a ser así por un tiempo, pero tratar de que vuelvan a tener algo de lo que ellos tenían antes de la situación de emergencia o de desastre”, aseveró la psicóloga.

Además, se recomienda establecer un pasatiempo o actividad para que las personas afectadas tengan la mente ocupada, retomen de alguna forma su día a día y mantengan una red de apoyo.

Por otro lado, con la entrada en vigencia del Decreto Supremo 44, cada lugar de trabajo debe contar con un Plan de Gestión de Riesgos en Emergencia, que se adecúe al contexto y debe ser informado a cada empleado.