¿Recuerdas la alegría que sentías cuando salías con tus amigos a una plaza? Los niños de hoy en día tienen menos tiempo y espacio para hacerlo, quizá en alguna medida sea un poco responsabilidad de los tiempos modernos y de una sociedad que cada vez incorpora más tecnología a la vida cotidiana: tablets, celulares, computadores, video juegos y televisión se pelean la atención de los más pequeños. Esto, sumando al cansancio de los padres y lo fácil que es encender una tele, hace que los niños pasen cada vez menos tiempo en el exterior.
Sin embargo, son muchas las razones para privilegiar el juego y la exploración en la naturaleza: desde expresar creatividad hasta correr libremente, sumado a que podría ser posible mejorar el estado físico y la agilidad.
Con el inicio de la primavera es mucho más fácil llevar a los niños a un parque o una plaza. Por eso, a continuación te contamos algunos probables beneficios de estar en contacto con la naturaleza para que tú también te motives a llevarlos de paseo:
1- Podría reducir el riesgo de ser corto de vista
Según la Academia Americana de Oftalmología, las últimas investigaciones en este campo sugieren que habría una conexión entre el desarrollo de los ojos y la exposición a la luz del sol.
Un estudio reciente llevado a cabo por dicho organismo reveló que por cada hora adicional que los niños pasan al aire libre por semana, disminuiría el riesgo de sufrir miopía en un 2%. Además, los menores que participaron en este estudio y que padecían esta condición pasaban en promedio 3,7 horas menos por semana en el exterior que aquellos que tenían una visión normal.
Los expertos aún no saben con certeza por qué pasar tiempo al aire libre es beneficioso para la vista, sin embargo piensan que probablemente tenga más relación con la exposición a la luz solar que con actividades específicas como hacer deporte. Eso sí, es importante tener en consideración que la sobre exposición a la luz solar sin protección contra los rayos ultravioletas (UV) puede dañar a los ojos y la piel.
Por otro lado, un artículo del Hospital de Niños de Boston, Estados Unidos, señala que en la actualidad los menores pasan mucho tiempo trabajando la visión de cerca debido al uso incrementado de pantallas de computador y consolas de videojuegos. Jugar en el exterior, en cambio, promueve el uso de la visión a distancia al tener que enfocar objetos lejanos.
2- Ayuda a desarrollar habilidades sociales
Según la Asociación Americana de Pediatría, cuando los niños juegan afuera tienen más posibilidades de trabajar en grupo, aprender a compartir, a negociar y resolver conflictos. Además pueden aprender nuevas destrezas y superar desafíos.
El sitio Care explica, a modo de ejemplo, que en una plaza con juegos sólo un niño puede ser el primero en deslizarse por el resbalín, lo cual les exige llegar a un acuerdo y adquirir habilidades de comportamiento a través del juego (compartir, tomar turnos, respetar al otro, etc.).
3- Mejora la condición física
No es un secreto que la obesidad infantil preocupa cada vez más a los expertos, puesto que ésta ha ido en aumento con el correr del tiempo. Según datos del Ministerio de Salud de Chile, más de un 30% de los menores de cero a siete años sufre de exceso de peso. Una forma de combatir este problema es permitirles a los niños salir a jugar afuera, ya que ahí pueden correr, saltar, escalar, andar en bicicleta, saltar la cuerda, etc.
El sitio LiveStrong asegura que además jugar al aire libre fortalece el sistema inmunológico y mejora los niveles de vitamina D, la cual se puede obtener a través de los rayos del sol y protege de la osteoporosis y otras complicaciones como diabetes y enfermedades al corazón.
4- Ayudaría a reducir el estrés
De acuerdo al sitio Programa de Sicología Positiva los ambientes urbanos requieren el uso de atención dirigida, que obliga a ignorar distracciones y cansa al cerebro.
En cambio, en los ambientes naturales la atención es menos rígida, no exige tanto esfuerzo y crea sensaciones de placer en vez de fatiga. Esto, unido a que los niños pueden olvidarse de las tareas del colegio y del hogar, conectarse con la naturaleza y liberar energía; hace del juego al aire libre una buena terapia para combatir el estrés.
5- Incrementaría los niveles de concentración
La Universidad de Illinois, Estados Unidos, ha realizado varios estudios que muestran que la naturaleza ayudaría a reducir los síntomas del Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH) permitiéndoles a los menores concentrarse más y tener un mejor comportamiento en la sala de clases.
Por otro lado, un estudio realizado en el año 2008 por la Universidad de Michigan, Estados Unidos, mostró que la concentración y la memoria mejoraban en un 20% después de que los individuos pasaran una hora en la naturaleza.