La glucosa que encontramos en nuestra sangre proviene de los alimentos que consumimos, y de acuerdo a la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, es la principal fuente de energía para nuestro cuerpo.
Junto con hacer posible la realización de las actividades diarias, es importante tener presente que sin ella no se podría llevar a cabo las funciones biológicas como por ejemplo la digestión, reparación de tejidos, multiplicación de nuestras células, entre otras.
Si bien es cierto que la glucosa es utilizada en todos los procesos que ocurren en nuestro cuerpo, son dos las zonas que más las emplean: los músculos y el sistema nervioso.
¿Por qué los músculos? La respuesta es más sencilla de lo que parece. Y es que debido a que estamos en constante movimiento, necesitamos de mucha energía, la que como dijimos anteriormente es obtenida de la glucosa.
Por su parte, nuestro cerebro está constantemente consumiendo energía, por lo que es importante obtenerla a través de nuestras comidas.
Uno de los alimentos naturales que más glucosa contiene son las frutas. Luego de comerla, los ácidos grasos las descomponen para así absorber los nutrientes, los que serán distribuidos a través de la sangre.
¿En qué parte de nuestro cuerpo se transforma la glucosa en energía? En el hígado, y se hace a través de un proceso llamado “respiración celular”. Así es como obtenemos el “combustible” que necesitamos.
Cabe consignar que cuando consumimos glucosa en exceso, esta queda guardada en nuestro hígado como glucógeno, el que representa una reserva para nuestros procesos biológicos.