El polvo es la acumulación de pequeñas partículas las que, en cantidades más importantes, puede provocar alergias y otros problemas de salud. Esto hace que mantener un control sobre el nivel de polvo en nuestras casas sea un tema bastante importante.
Cabe consignar que son muchas las personas las que son alérgicas a los ácaros, subclase de arácnidos imperceptibles para el ojo humano, y que abundan en los hogares, especialmente en almohadas, alfombras, sábanas, colchones y sillones, entre otros.
El polvo de casa es la principal fuente de alérgenos del interior de las viviendas, y representa un ecosistema complejo en el que se mezcla materia orgánica e inorgánica, que incluye fibras, esporas de hongos, bacterias, virus, pólenes, insectos, derivados dérmicos de animales, restos de alimentos, plantas de interior y ácaros.
A pesar de que no hay un método que garantice deshacerse de este tipo de suciedad en un 100%, existen algunos consejos que puedes aplicar para que puedas disminuirla de manera notoria.
No sólo estarás contribuyendo a la limpieza de tu casa, sino que además bajarás el riesgo de que algún integrante de tu familia padezca algún tipo de molestia.
Una buena idea que puedes hacer es pasar un paño sobre aquellos muebles de madera -son los que más cantidad de polvo acumulan- prestando atención eso sí en que no deje restos de pelusas, para luego agregar algún tipo limpiador especial, como cera.
Las paredes suelen botar material producto de los años. Para esto puedes aplicar una capa de pintura anti polvo.
Procura utilizar algún cepillo después de aspirar para limpiar aquellos espacios en el piso, y pequeñas ranuras, en las que la aspiradora no llega.
Otra alternativa es revisar en los dormitorios y piezas del hogar, y reunir aquellos elementos y objetos que no tienen ningún uso. La excesiva de objetos sólo hace que aumente la posibilidad de acumular polvo.
El armario es uno de los principales focos de polvo debido a que cuando abres sus puertas, los pequeños cambios en la presión del aire hacen que las partículas de fibra se desprendan de la ropa, acumulándose en el suelo.