Con las restricciones sanitarias menos estrictas, han vuelto las fiestas que habían sido evitadas durante la mayor parte de 2020 y 2021. Además, se acercan las celebraciones propias del segundo semestre, todas circunstancias en las que suelen estar presentes las bebidas alcohólicas.
Por lo mismo, siempre es conveniente recordar que el alcohol es altamente perjudicial para la salud, tanto a corto como largo plazo.
Este tipo de tragos afectarán negativamente a todo nuestro cuerpo, sin importar si consumimos poco. Lo más saludable es simplemente no tomarlo.
Sin embargo, si aún así prefieres, por decisión propia, beber alcohol, te contamos que existen niveles que son menos riesgosos para la salud.
Para empezar, es importante destacar que no todos los licores tienen el mismo nivel de alcohol. Según la enciclopedia médica MedlinePlus, la cerveza suele tener alrededor de un 5% de este componente, el vino entre 12% a 15%, y otros tragos más fuertes se ubican mucho más arriba, como en el 45%.
Teniendo esto en cuenta, el portal de la Biblioteca de Medicina de Estados Unidos acota que tomar con moderación “significa que beber no es intoxicarse (o embriagarse) y que usted no consuma más de 1 trago al día, si es una mujer, y no más de 2, si es un hombre. Un trago se define como 12 onzas (350 mL) de cerveza, 5 onzas (150 mL) de vino o 1.5 onzas (45 mL) de licor fuerte”.
La clínica estadounidense Mayo propone niveles similares, definiendo “una copa” como “12 onzas (355 mililitros) de cerveza, 5 onzas (148 mililitros) de vino, 1,5 onzas (44 mililitros) de licores destilados de 80 grados”.
Asimismo, informa que los niveles de consumo ascienden a “hasta una copa al día para mujeres de todas las edades, hasta una copa al día para hombres mayores de 65 años, hasta dos copas al día para hombres menores de 65 años”, añadiendo que “el límite para los hombres es más alto porque ellos generalmente pesan más que las mujeres y tienen más de una enzima que metaboliza el alcohol”.
Por supuesto, todo no incluye a las siguientes personas, que en ningún caso deberían tomar alcohol: embarazadas, pacientes con enfermedad hepática y pancreática relacionada con el consumo de alcohol, insuficiencia cardíaca o el corazón débil, y quienes toman ciertos medicamentos que podrían verse afectados con este compuesto.