Desde inicios de 2020 que existe una pregunta que literalmente todo el mundo se ha hecho: ¿dónde y cómo se originó el nuevo coronavirus que provocó la pandemia?
Los científicos aún no logran dar con la respuesta exacta, pero al menos ya han descartado algo. Y es que creen que es muy, muy difícil que el SARS-CoV-2 haya comenzado en un laboratorio.
Así lo ha concluido el grupo de 17 científicos internacionales seleccionados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para investigar el origen del virus, según informó la Organización de Naciones Unidas (ONU) en su sitio web.
El informe, publicado a fines de marzo, recoge los descubrimientos que realizaron durante su investigación en China, donde comenzó la emergencia sanitaria, y en él estiman que la explicación más probable es que el nuevo coronavirus, que provoca la enfermedad covid-19, sea de origen animal.
En concreto, son cuatro las hipótesis que se manejan, las cuales son las siguientes, de más a menos probable:
• Introducción del virus a través de un huésped intermedio seguido por una transmisión zoonótica (es decir, de un animal a otro y de este a una persona): Muy probable
• Transmisión zoonótica directa (de animal a persona): Probable
• Introducción a través de una cadena de frío/alimentaria: Posible
• escape de un laboratorio: extremadamente improbable
Peter Benenbarek, director del equipo científico, afirmó al respecto «no había indicios que nos llevaran a mirar el accidente de laboratorio y se catalogó como la vía menos probable. Pero, si es necesario explorarlo más, por supuesto, lo haremos. Si hay datos nuevos o información de cualquier hipótesis, lo incorporaremos».
El experto relató que “francamente, esa fue la primera reacción que todo el mundo en aquel momento, a principios de enero, ¿habrá sido el laboratorio?… Todo el mundo sabía que había un laboratorio en Wuhan o, mejor dicho, varios laboratorios. Incluso, el personal en estos laboratorios nos dijo que su primera reacción cuando oyeron de esta enfermedad emergente, este nuevo coronavirus, fue (preguntarse) si ha sido algo que había salido del laboratorio o de su trabajo, y todos repasaron su trabajo para ver si hubo un escape, pero nadie pudo encontrar ninguna traza de algo similar a este virus en su memoria”.
“Por supuesto, fue una conjetura lógica que todo el mundo hizo en ese momento. Pero más allá de la idea de que hay un laboratorio o varios laboratorios en las cercanías de la ciudad, nadie ha sido capaz de aportar un argumento o prueba de que ninguno de estos laboratorios ha estado implicado en un accidente. Es verdad, que de vez en cuando ocurren accidentes de laboratorio, lo hemos observado a la largo de la historia en muchos lugares, por tanto, es posible y, naturalmente, parte de las conclusiones del informe es que no es imposible que ocurriera; pero no hemos sido capaces de oír, ver u observar nada que permita conclusiones diferentes de nuestra parte”, aseguró.
El director general de la OMS no se mostró tan radical, en cambio, y se limitó a observar que “en lo que respecta a la Organización Mundial de la Salud, todas las hipótesis siguen sobre la mesa (…) Este informe es un comienzo muy importante, pero no es el final. Todavía no hemos encontrado la fuente del virus, y debemos continuar siguiendo la ciencia y no dejar piedra sin remover como lo hacemos”.