La hidratación es vital para poder mantenernos saludables. No importa cuán ocupado estés en tu trabajo, siempre es necesario que estés atento a este tema, porque si no has consumido suficiente agua, comenzarás a sentirte mal mientras estés en la oficina o cuando llegues a tu hogar.
Si trabajas en un ambiente caluroso, como en exteriores, deberías estar aún más consciente de esto, porque entonces perderás líquido con más rapidez. Según el Instituto de Investigación Agua y Salud de España, cuando la deshidratación excede un 2% del peso corporal, el rendimiento y la capacidad de trabajo disminuyen.
“La deshidratación también afecta a la toma de decisiones y la función cognitiva, traduciéndose en un descenso de la productividad y un aumento del riesgo laboral. Una correcta hidratación puede prevenir muchos accidentes laborales y situaciones de bajo rendimiento, así como mejorar la sensación de bienestar de los trabajadores”, explica.
La organización añade que muchas veces, una deshidratación puede pasar desapercibida, o podemos asociar sus síntomas a otras enfermedades. ¿Cuáles son estos? Los primeros signos incluyen dolores de cabeza, cansancio, falta de concentración y calambres.
Otros signos pueden ser tener la boca seca, debilidad, sequedad de la piel, confusión y fatiga.
La entidad añade que algunos trabajos específicos, como aquellos que requieren esfuerzo físico, pueden “producir una sudoración excesiva que supere el consumo de agua ingerida y conlleve un déficit de líquido corporal o deshidratación. Como consecuencia de ello, la temperatura corporal aumentaría entre 0,1 y 0,2 °C por cada 1% de deshidratación”.
Toda pérdida de agua es mala para nuestra salud, pero la situación se torna de vida o muerte cuando perdemos más del 10% del peso corporal en líquido.
Para prevenir la deshidratación, el Instituto aconseja fijarse en factores como la humedad, el movimiento del aire, la carga solar y la ropa de protección, los cuales influyen en la cantidad de líquido que perderás durante la jornada.
Lo ideal sería que analicen la cantidad de líquido que deberías ingerir junto a un profesional de la salud, considerando tu ocupación laboral, pero para que tengas una referencia, la entidad sostiene que usualmente se recomienda beber un litro de agua por cada kilo de peso corporal perdido.
Asimismo, durante el día destaca que no se debe confiar en la sensación de sed: es mejor que bebas agua antes de estar sediento, para que así no te arriesgues a una deshidratación.