Exponernos al sol de manera prolongada y sin ninguna protección puede provocarnos quemaduras, pero no sólo eso: igualmente trae consecuencias a largo plazo, aumentando el riesgo de envejecimiento prematuro y de cáncer a la piel.
Una forma muy efectiva y simple de protegerse es utilizando con frecuencia protector solar, que puede comprarse en el comercio de manera libre en forma de crema o spray.
Y si no sabes bien cuál elegir, aquí te entregamos algunas claves en las que puedes fijarte.
1- Qué FPS elegir
Lo primero en lo que hay que reparar es en el Factor de Protección Solar (FPS) del producto: el número que escojas dependerá de cuánto tiempo estarás expuesto al sol y qué tan sensible es tu piel.
Por ejemplo, si alguien tiene la piel muy sensible o muy blanca, y/o tiene historial familiar de cáncer a la piel, debería elegir un bloqueador que sea FPS 30 o superior, aconseja el dermatólogo David J. Leffell, de la Universidad de Yale (Estados Unidos), al portal de salud WebMd.
Si no es tu caso, el experto indica que un FPS 15 puede proteger de manera óptima a la mayor parte de la población durante unos 150 minutos.
2- UVA + UVB
Otro dato a tener en cuenta es que el FPS se refiere sólo a los rayos ultravioletas del tipo B (UVB), que son los que causan las quemaduras. Por lo mismo, deberías fijarte que la crema protectora que usas también actúe contra los UVA.
Estos últimos pueden causar daños, aunque no de manera visible: penetran las capas profundas de la piel, promoviendo el envejecimiento prematuro, explica WebMD.
3- Cuidado con el agua
Si vas a ir a la playa o a una piscina, recuerda fijarte que tu bloqueador solar sea resistente al agua… y también acuérdate de volver a aplicarlo pasados 40 minutos desde que entraste al agua, pues no duran más que eso.
Y si tienes alguna condición específica a la piel, te recomendamos consultar con un dermatólogo cuál es el mejor protector solar para ti.