Mañanas muy frías y tardes templadas han sido la tónica de las temperaturas invernales, lo que ha generado ambientes propicios para la rápida dispersión de gripes, resfríos y otras infecciones típicas de esta temporada.
Los lugares de trabajo, donde interactúan diariamente una gran cantidad de personas y por largos períodos de tiempo, se han transformado en importantes focos de propagación de estos malestares.
En este contexto, la implementación de programas de higiene en las oficinas ayuda a romper con esta cadena de contagios y evita tanto el ausentismo como el presentismo laboral, que consiste en ir al trabajo enfermo con riesgo de transmitir enfermedades a otros.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la riqueza de las empresas depende en gran medida de la salud de sus trabajadores. “En este contexto, proveer a los colaboradores de un espacio limpio e higiénico para trabajar puede aumentar la productividad, transformándose en una herramienta de competitividad para las compañías”, explican desde la Red de Expertos de Sodexo, multinacional a cargo de Servicios de Calidad de Vida.
“Una buena higiene y correctos hábitos personales pueden ser determinantes para cortar la cadena de transmisión y evitar contagios entre compañeros de trabajo. Normalmente, los gérmenes se focalizan en determinados lugares como los puestos individuales y en áreas comunes, como la cafetería, la recepción, el lugar que se dispone para almorzar, o entre otros donde la mayoría del personal está en contacto”, explican.
En este contexto, los especialistas de la multinacional entregaron una serie de tips para mantener el puesto de trabajo limpio, higiénico y saludable, lo que permitirá mantener los malestares típicos de esta época del año a raya
– Lavarse las manos varias veces al día: este es uno de los hábitos más importantes para evitar contagios de virus y bacterias. Las manos son una de las partes del cuerpo más expuestas a los gérmenes que circulan. Así, el lavado con agua y jabón debe extenderse por entre 10 y 30 segundos, al llegar a la oficina, antes y después de comer y luego de ir al baño, como mínimo. Este hábito desinfecta manos, evita contraer infecciones y a la vez impide que se propaguen los gérmenes desde las manos hacia otras partes.
– Usar alcohol-gel: una saludable costumbre es llevar un frasquito de este producto en la cartera, maletín o bolso de trabajo. Gracias a sus componentes, mata gran parte de los virus y bacterias responsables de los malestares invernales. Si bien el alcohol gel no reemplaza el lavado de manos, es un buen hábito de higiene.
– Tener siempre a mano pañuelos desechables: ubicarlos en puntos comunes y de fácil acceso para que estén al alcance todos los empleados y puedan utilizarlos después de estornudar o toser.
– Limpiar y desinfectar los espacios de trabajo: en los espacios cerrados y frecuentados, las bacterias se desarrollan sin descanso. Así, los virus y bacterias se encuentran en todas las áreas de las oficinas, como pisos y escritorios. Por eso, es necesario limpiar cada una de las superficies con las que se tiene contacto como las pantallas de los computadores, teclados, teléfonos, manillas de puertas, etc. Basta que el personal de aseo utilice una solución anti-bacteriana para liquidar estos focos de gérmenes.
– Ventilación: es muy importante abrir las ventanas de la oficina para dejar que el aire circule, se limpie y refresque. Si no hay ventanas, es necesario que el equipo de trabajo a cargo de la limpieza se asegure del correcto funcionamiento de los climatizadores, en caso que existan. Es crucial poder respirar un aire limpio de gérmenes.