“Mindfulness” es una tendencia que ha aparecido en los últimos años. Por lo menos en esta parte del mundo, ya que en oriente es conocido hace más de mil años como meditación practicada tanto en el mundo budista como en otras culturas.
Este término hace referencia a la capacidad del humano para prestar atención de forma intencional al momento presente, sin juzgarlo. La idea es reconocer lo que está sucediendo, mientras está sucediendo, siendo consciente de ello y dejando que la experiencia fluya sin interferir. Incluso si durante el proceso pasan cosas desagradables, esta meditación nos permitirá vivirla sin agregar el sufrimiento que pueden conllevar.
En términos simples, es un tipo de meditación que puede servir para relajarse y como una experiencia de aprendizaje. En los últimos 30 años, su impacto ha sido estudiado por la psicología occidental y ha comenzado a ser aplicado en países de Norteamérica, Europa y Sudamérica con un buen recibimiento.
Por lo mismo, aquí te dejamos 4 formas de aplicarlo todos los días cuando te duchas, el cual puede ser un lugar ideal para practicarlo. De esta forma quizás te puedes sentir más ligero, tranquilo, sin cansancio y empezar tu día de la mejor forma.
1. Trata de aceptar tu cuerpo y admirarlo
El primer paso para iniciar el Mindfulness, antes de entrar a la ducha, es aceptar tu cuerpo tal como es. Intentando no juzgarnos y tratar de aceptar cómo somos, sino lo aceptas solo observa la falta de aceptación, no intentes forzar nada ni buscar nada.
2. Concentrarse en el presente y en la experiencia
Una vez que ya estás bajo el agua lleva tu atención a lo que sientes y a la experiencia de estar bajo la ducha. Si por alguna razón se presenta un pensamiento que no tiene relación con la experiencia, lo que es muy probable que ocurra, intenta volver lentamente tu atención al momento presente, en lo que estás viviendo ahí mismo.
3. Disfrutar la experiencia y las sensaciones
Una opción es sentir cómo el agua va cayendo en tu cuerpo y en las distintas partes de este. Puedes sentir los olores del jabón, de todo lo que vas utilizando mientras tu cuerpo se va limpiando de a poco.
Intenta masajear tu pelo y siente como el agua arrastra todas las malas sensaciones y el cansancio por el desagüe.
4. Agradece el momento
Una vez terminado el baño, puedes agradecer a la vida ese momento que acabas de vivir. Puedes agradecer que tienes agua, gas y electricidad para disfrutar de este lujo. Y también puedes agradecerte a ti mismo, por haber aceptado el desafío y estar viviendo una nueva experiencia.
Y no te preocupes si la primera vez no logras la experiencia en su totalidad. El Mindfulness es algo que se practica y que de a poco comienza a tener más efectos. La práctica hace al maestro.