Dormir es tan importante como beber agua y alimentarse, de hecho, determinará cómo enfrentaremos el día: con qué estado de ánimo, nivel de estrés e incluso nuestras capacidades. Y aunque no sea evidente, el descanso juega un papel esencial para el desarrollo y crecimiento de niños y adolescentes.
Con el comienzo de las clases nuestros hijos han empezado a despertar alrededor de las 7 de la mañana para enfrentar la jornada escolar, a la cual se sumarán las tareas en la casa y una que otra actividad extra programática. Al final del día, sus organismos necesitarán un merecido descanso, tanto en cantidad de horas como en calidad del sueño.
De acuerdo al sitio WebMd, un descanso saludable para los niños consistiría en que duerman suficientes horas, que su sueño sea ininterrumpido, que tomen el número adecuado de siestas según su edad y que el horario de irse a la cama esté sincronizado con sus ritmos biológicos naturales.
“Dormir es la fuente de energía que mantiene a la mente alerta y calmada. Cada noche y en cada siesta, el dormir recarga la batería del cerebro. Descansar bien aumenta las capacidades de la mente, tal como levantar pesas fortalece a los músculos, porque incrementa la concentración y permite que uno esté físicamente relajado y mentalmente alerta al mismo tiempo.”, asegura el doctor Marc Weissbluth, en su libro Healthy Sleep Habits, Happy Child.
Margaret Richards, directora del Departamento de Salud de Pediatría de la Clínica Cleveland, explica que dormir le da a las células la oportunidad de regenerarse, a los músculos de repararse y al cerebro de calibrar los niveles hormonales que afectan el estado de ánimo, apetito y habilidad de concentración. “Dormir tiene un impacto real en qué tan bien funcionará el cerebro de los niños, desde cuánta información pueden absorber hasta cómo les irá en una prueba. Un adolescente puede haberse preparado para un test, pero si no durmió bien la noche anterior, le será más difícil acceder a la información”, aseguró Richards.
De acuerdo a la Clínica Cleveland, varios estudios han vinculado el dormir con diferentes aspectos de la salud:
- Peso: Investigadores de la Universidad de Chicago descubrieron que la falta de horas de sueño aumentaba el riesgo de sufrir obesidad en niños y adultos jóvenes.
- Rendimiento académico: Un estudio de la Universidad de Roma determinó que la cantidad y calidad del sueño estaban relacionadas con las capacidades de aprendizaje y el rendimiento.
- Comportamientos riesgosos: La Universidad de Pittsburg, en Estados Unidos, concluyó que adolescentes que dormían menos de 8 horas por noche, eran más propensos a fumar cigarrillos y beber alcohol que aquellos que tenían mejores hábitos de descanso.
- Estabilidad emocional: Un estudio concluyó que adolescentes, cuyos padres les permitían ir a la cama después de medianoche, tenían un 24% más de riesgo de sufrir depresión.
Pero ¿cuántas horas necesitarían dormir los niños? La respuesta dependerá de la edad de éstos. La Academia Americana de Medicina del Sueño recomienda lo siguiente:
- Infantes de 4 a 12 meses de edad: entre 12 a 16 horas por día (incluyendo siestas).
- Niños de 1 a 2 años: 11 a 14 horas (incluyendo siestas).
- 3 a 5 años: 10 a 13 horas (incluyendo siestas).
- 6 a 12 años: 9 a 12 horas.
- Adolescentes de 13 a 18 años: 8 a 10 horas.