De acuerdo a la Escuela de Medicina de la Universidad de Harvard, la pérdida de audición relacionada con la edad –conocida como presbiacusia- afecta aproximadamente a un cuarto de las personas que tienen entre 65 y 74 años de edad y a la mitad de aquellos con 75 o más. Y la mayoría de los afectados serían hombres. Esta tendencia se debería a que, muchas veces, los hombres han estado más expuestos a sonidos fuertes de manera prolongada. Por ejemplo, al utilizar herramientas que emiten ruidos de altos decibeles y que al final generan un daño al nervio de la audición.
Según reporta el Instituto Nacional de Sordera y otros Desórdenes Comunicacionales (NIDCD por sus siglas en inglés), de Estados Unidos, la pérdida de audición relativa a la edad a menudo aqueja ambos oídos igualitariamente y como la pérdida es gradual muchas personas no se dan cuenta de esta condición.
Presión alta y diabetes, dos condiciones que son comunes en la gente de edad, pueden contribuir a la pérdida de audición, como también medicamentos tóxicos para las células sensoriales de los oídos (por ejemplo, algunos utilizados en quimioterapia).
Si bien no existe un método para prevenir la pérdida de audición, como reporta la NIDCD, relacionada con la edad, hay formas de proteger a los oídos para evadir un daño por sonidos fuertes. Para esto es importante evitar exponerse a ellos de manera prolongada y utilizar tapones de oído si es posible.
De acuerdo a la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, algunos síntomas de que existe pérdida de audición son:
1- Dificultad para escuchar a los que están alrededor.
2- Pedir constantemente a las personas que repitan lo que acaban de decir.
3- Sentir frustración al no poder escuchar.
4- Algunos sonidos parecen extremadamente altos.
5- Problemas para escuchar en ambientes ruidosos.
6- Dificultad para entender a personas con voz aguda.
7- Sentir vibración en los oídos.
Se recomienda consultar con un médico si es que se experimenta cualquiera de estos síntomas.
En cuanto al tratamiento, éste está enfocado en mejorar la calidad de vida del paciente y su funcionalidad. Algunas soluciones son utilizar un audífono o un implante coclear, si es que la pérdida de audición es severa.
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