La aparición de manchas en la piel: cuándo preocuparse y cómo tratarlas

Uno de los temas de salud más discutidos en el último tiempo ha sido una particular enfermedad: el cáncer. Esta patología, con su difícil y costoso tratamiento, es una de las preocupaciones más latentes en la medicina actual y también en los ciudadanos que, con toda razón, están atentos a señales que puedan indicar la aparición de esta.

Dentro de sus variados tipos y clasificaciones, el cáncer de piel es el más común y una de sus más típicas manifestaciones es a través de manchas en la piel. Por lo mismo, la aparición de pecas, hematomas y otros tipos de cambios llaman hoy mucho la atención.

En tiempos pasados y debido al menor acceso a información, si advertíamos una pequeña mancha en nuestros brazos, o en otra parte del cuerpo, dejábamos pasar el tiempo para ver qué pasaba y no hacíamos mucho más.

Sin embargo, hoy las cosas han cambiado. La comunidad tiene la posibilidad de acceder a mucha información y varias dudas se pueden generar cuando, por algún motivo, algo nuevo aparece en nuestra piel.

Es por esta razón que, como medida de seguridad y prevención, te mostramos aquí los tipos de manchas que pueden aparecer en el cuerpo y también cuándo es que debemos acudir a un médico profesional para evitar complicaciones mayores.

Los tipos de manchas: su aparición y el nivel de gravedad

Ya sea por edad (después de los 30), por la constante exposición al sol, o por motivos genéticos, la piel siempre puede mostrar cambios repentinos y darnos un pequeño susto de por medio.

Pero este miedo no siempre está justificado. Los dermatólogos, en general, recomiendan mantener la calma cuando hay cambios en la piel, ya que en la mayoría de los casos las manchas que aparecen son por exposición solar y esto solo significa un problema estético.

En ese sentido, y para saber bien cuando es momento de actuar, los tipos de manchas que pueden aparecer son:

Pecas (efélides): las famosos ‘pecas’ son pequeños puntos café claro que aparecen, normalmente, con la exposición al sol. Están compuestas por melanina y en invierno pueden aclarase o incluso desaparecer. Su tratamiento consiste, básicamente, en removerlas de la piel con láser.

Lunares: este es un tipo de mancha que también aparece con el sol, y que conviene tenerlo en constante observación para evitar complicaciones. Su nombre técnico es nevus melanocíticos y pueden pasar a ser melanoma (cáncer de piel) si sufren transformaciones sin explicación. Normalmente, los pacientes acuden a la extirpación de estos lunares para evitar problemas o por un tema estético.

Léntigos solares: parecidas a las pecas pero con forma distinta, los léntigos son manchas planas y pequeñas de color marrón claro que aparecen con frecuencia en pacientes mayores a los 40 años. Su principal razón de origen es la exposición excesiva al sol y las zonas donde más aparecen son las manos y la cara. Al igual que las pecas, el láser puede ser la mejor opción para hacerlos desaparecer.

Melasma o manchas hormonales: son manchas de color café y que parecen ser parches. Suelen aparecer en zonas de la cara que están expuestas al sol: mejillas, frente, nariz y en el labio superior. Se presentan mayormente en mujeres, sobre todo las que están tomando anticonceptivos, ya que este tipo de manchas están relacionadas con las hormonas estrógeno y progesterona.

Manchas “café con leche” o genéticas: son las conocidas manchas de nacimiento o que aparecen a los pocos años de vida. Su tratamiento es vía láser, pero esto no asegura su total erradicación y pueden volver a aparecer.

Melanoma (cáncer): es una mancha que, finalmente, se convierte en un tumor maligno. Puede nacer a partir de un lunar previo o directamente sobre la piel sana y son muy oscuros. Deben ser extirpados a la brevedad para evitar complicaciones.

Teniendo claro los tipos de manchas, es recomendable recordar que cualquiera de estas puede pasar a un melanoma. Un rápido cambio de color, forma o tamaño debe llamar nuestra atención y lo ideal es que sea revisado rápidamente por un dermatólogo. Por lo mismo, la recomendación es vigilar las manchas con cierta frecuencia para así siempre estar al tanto de la situación. Un diagnóstico anticipado puede incluso salvar nuestras vidas.


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